
El impacto de la educación virtual en la formación de médicos: Un llamado a la acción en Panamá
2025-03-27
Autor: Lucas
La educación médica en Panamá enfrenta retos sin precedentes que han despertado inquietudes entre los estudiantes, tanto en universidades públicas como privadas. Los métodos de enseñanza, especialmente en la modalidad virtual, pueden marcar la diferencia entre una formación sólida y una experiencia educativa insatisfactoria. Mientras los hospitales del país luchan por atender la creciente demanda de atención médica, los estudiantes de medicina claman por un cambio que les permita adquirir las habilidades prácticas que requieren en su futuro profesional.
Un estudiante anónimo de una universidad privada expresó su preocupación sobre la calidad de la enseñanza recibida en un entorno virtual. A pesar de los avances tecnológicos, la falta de interacción cara a cara con los docentes y la escasez de prácticas clínicas son obstáculos significativos. Este fenómeno es especialmente notorio en asignaturas críticas como neurología, donde los profesores imparten clases desde sus consultorios sin brindar la oportunidad de una conexión real con los estudiantes. “La enseñanza en línea me hace sentir desconectado, y eso afecta mi motivación,” confesó.
Las dificultades aumentan si consideramos que muchos profesores no poseen contratos permanentes, lo que los lleva a limitar su compromiso con la educación. Este modelo precariza la calidad de la enseñanza y afecta directamente a los estudiantes. “Sentimos que algunos docentes no están interesados en nuestro aprendizaje, solo cumplen con lo básico y se van,” lamentó el estudiante.
Además, la práctica clínica, que suele ser escasa en estas universidades, se convierte en una de las principales quejas. Con matrículas que rondan los mil dólares mensuales, los estudiantes solo tienen derecho a dos semanas de rotación en hospitales por cuatrimestre. Esta situación es insuficiente para una formación que requiere experiencia directa en el trato con pacientes. Muchos incluso buscan oportunidades adicionales fuera del programa oficial, lo que refleja una clara falta de apoyo institucional.
Los laboratorios y simuladores en la universidad, aunque modernos, no son utilizados a su máximo potencial. “Nos dicen que tenemos acceso a recursos, pero rara vez se utilizan. Lo que se ofrece no cumple con lo prometido,” comentó otro estudiante. Además, la falta de bibliografía actualizada y oficial genera confusión en la preparación para exámenes, lo cual es inaceptable en la educación médica.
Los estudiantes han expresado estas preocupaciones a la dirección de su carrera, buscando respuestas y soluciones. Sin embargo, la explicación de la administración sobre la virtualidad, en respuesta a la alta demanda de especialistas, ha sido vista con escepticismo, especialmente cuando otras especialidades sí han logrado mantener clases presenciales.
En el contexto de las universidades públicas, los estudiantes enfrentan sus propios desafíos. Si bien la presión de mantener calificaciones altas es constante, ellos han regresado a un modelo mayormente presencial tras la pandemia. Esto ha permitido una interacción más rica y productiva, aunque las clases virtuales siguen siendo un recurso en situaciones excepcionales.
El aprendizaje en medicina debe evolucionar; la calidad educativa no puede comprometerse. Para que la próxima generación de médicos en Panamá esté adecuadamente preparada, es necesario que se realice una auditoría exhaustiva del sistema educativo actual, que se escuche a los estudiantes y que se tomen medidas efectivas para mejorar la calidad y el acceso a la educación médica en el país. El futuro de la salud de Panamá depende de ello.