El síndrome post-COVID-19 es una realidad que afecta a millones de personas en todo el mundo, caracterizándose como una consecuencia del SARS-CoV-2 en la era pospandémica. Sin embargo, aún no se ha llegado a un acuerdo sobre su definición clínica y sus componentes básicos, lo que complica el desarrollo de investigaciones y tratamientos basados en evidencia.

Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Oxford en el Reino Unido ha abordado esta cuestión, centrándose en tres objetivos clave: identificar los síntomas específicos del síndrome post-COVID-19, clasificar distintos subtipos clínicos y analizar los factores que influyen en su aparición. Además, se estudia el impacto que tiene en la salud física y mental de los pacientes.

Para llevar a cabo esta investigación, se utilizaron datos de 172,303 personas, de las cuales un 57.4% eran mujeres y la edad promedio era de 68.9 años. Estas personas formaban parte del Biobanco del Reino Unido y completaron encuestas sobre su salud y bienestar. A través de un cuestionario en línea diseñado especialmente para el COVID-19, se recolectó información sobre la presencia y duración de 45 síntomas, así como las limitaciones funcionales experimentadas por los participantes. También se accedió al estado de infección por SARS-CoV-2 y la historia clínica de cada individuo mediante registros médicos electrónicos.

El estudio identificó 10 síntomas específicos del síndrome post-COVID-19, los cuales fueron clasificados en cuatro subtipos clínicos: el subtipo ENT (30.1%), que incluye alteraciones en el olfato, el gusto y pérdida auditiva; el subtipo cardiopulmonar (10.4%) que se caracteriza por disnea y taquicardia, entre otros síntomas; el subtipo neurológico (23.5%), que presenta confusión y dificultades en el habla; y el subtipo de fatiga general (38.0%), que implica una fatiga leve pero persistente. Curiosamente, los pacientes que contrajeron la cepa original del virus y aquellos que sufrieron infecciones múltiples o enfermedad aguda grave tenían un riesgo significativamente mayor de desarrollar el síndrome.

Se hallaron varios factores asociados al incremento del riesgo del síndrome, entre los que se encuentran la privación socioeconómica, un índice de masa corporal (IMC) elevado y un estilo de vida poco saludable. Sin embargo, la edad y el sexo no parecieron influir significativamente en el riesgo. En cambio, las personas vacunadas mostraron un riesgo mucho menor, especialmente para el subtipo cardiopulmonar.

El impacto del síndrome es notable, ya que los pacientes experimentan un deterioro considerable en su bienestar físico y mental. El subtipo cardiopulmonar muestra los efectos más severos, seguido del neurológico, haciendo que las funciones cotidianas como la concentración y la participación en actividades diarias sean una verdadera lucha.

En conclusión, el síndrome post-COVID-19 puede clasificarse en cuatro subtipos diferentes, cada uno basado en 10 síntomas clave. A pesar de compartir muchos factores de riesgo, la forma en que afecta la salud varía entre ellos. Estos descubrimientos no solo podrían refinar las pautas para un diagnóstico más preciso, sino que también podrían ofrecer un camino para políticas de salud pública más efectivas y basadas en evidencia que aborden esta devastadora enfermedad. ¡No esperes más para informarte sobre estos hallazgos reveladores y su posible impacto en el futuro de la salud pública!