El reciente indulto otorgado por el Presidente Gabriel Boric a Katty Hurtado, condenada por el parricidio de su exmarido en 2021, ha generado un intenso debate en el país. La decisión fue anunciada por el Ministerio de Justicia y ha sido objeto de tanto apoyo como críticas, reflejando las complejas dinámicas de la violencia de género en Chile.

Katty Margarita Hurtado Caamaño fue condenada a 20 años de cárcel por el homicidio de su esposo Richard Aravena Jara, un caso que evidencia los graves antecedentes de violencia intrafamiliar que ella alegó como motivo de su acción. Hurtado sostiene que actuó en legítima defensa tras años de abuso. La Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres ha sido un pilar importante en la campaña por el indulto, argumentando que la justicia debe considerar no solo el crimen, sino el contexto de violencia que lleva a estas trágicas situaciones.

La ministra de Justicia, Jeannette Jara, había mencionado previamente que se había presentado una solicitud formal para la revisión del caso, con la finalidad de considerar si existían fundamentos suficientes para el indulto. El escándalo por indultos anteriores, como el del exfrentista Jorge Mateluna, aún persiste en la memoria colectiva, lo que ha complicado la discusión en torno a Hurtado.

En el juicio, los hechos fueron particularmente violentos: Hurtado atacó a su esposo durante una discusión, utilizando un objeto contundente y posteriormente un cuchillo, lesión que resultó fatal. Las circunstancias del crimen lo han convertido en un ejemplo de los extremados conflictos personales que pueden surgir dentro de relaciones abusivas. Sin embargo, el tribunal desestimó la defensa de Hurtado, argumentando que no se probaron los elementos necesarios para calificar su acción como legítima defensa.

La decisión del presidente Boric de indultar a Hurtado se interpreta como un reconocimiento de las complejidades de la violencia de género y su efecto devastador en las vidas de las mujeres. El indulto ha polarizado la opinión pública, dividiendo a quienes apoyan la entrega de una segunda oportunidad a víctimas de violencia y quienes ven el indulto como una posible forma de impunidad.

El caso de Katty Hurtado, más allá de ser un hecho judicial, representa un microcosmos de las debates más amplios sobre género, violencia y justicia en Chile. Esta decisión plantea importantes interrogantes sobre cómo abordar la historia de la violencia hacia las mujeres y qué significa verdaderamente hacer justicia en casos de parricidio.