En una reciente confrontación, Juan Francisco Galli, exsubsecretario del Interior durante la segunda administración de Sebastián Piñera, respondió a las fuertes críticas de Constanza Martínez, presidenta del Frente Amplio, sobre el manejo del orden público durante el estallido social de 2019.

Martínez, en una entrevista con T13 Radio, argumentó que existió un grave problema en la manera en que el orden público fue utilizado para abordar cuestiones políticas antes de la actual administración. Afirmó que hubo una "irresponsabilidad por parte de la derecha" al recurrir a la fuerza excesivamente para tratar un conflicto que, según ella, debería haberse manejado de manera política.

Galli no tardó en reaccionar, utilizando su cuenta de X para cuestionar las declaraciones de Martínez. Específicamente, afirmó que los problemas de deslegitimación de las instituciones fueron provocados por aquellos que “validaron la violencia” al acusar a Carabineros de Chile de contar con centros de tortura. Además, resaltó el impacto negativo que tuvieron las acusaciones de llamar a los Carabineros "asesinos" y "banda ideológica".

Este intercambio de palabras resuena en un contexto donde las tensiones políticas en Chile continúan al alza. La ciudadanía, aún muy afectada por los ecos del estallido social, observa de cerca cómo los líderes políticos abordan temas críticos como la seguridad y la justicia social.

La controversia acerca del uso del orden público no solo refleja diferencias ideológicas, sino también el dilema sobre cómo debería manejarse la violencia y el descontento social en un país que se encuentra en medio de constantes reformas y cuestionamientos a su democracia. ¿Lograrán Galli y Martínez encontrar un terreno común en una nación profundamente dividida, o continuarán escalando las fricciones en el debate público? El futuro político de Chile podría depender de ello.