Mundo

El escalofriante final de Brad Sigmon, el primer ejecutado por fusilamiento en 15 años en EE.UU.

2025-03-10

Autor: Camila

El pasado 7 de marzo, Brad Sigmon fue ejecutado por fusilamiento en Carolina del Sur, marcando la primera vez que se utiliza este método en Estados Unidos en más de una década y media. Este miércoles oscuro, Sigmon, de 67 años, fue declarado muerto a las 6:08 p.m. hora local, un momento que dejó una huella imborrable en el ámbito de la justicia penal.

La ejecución fue presenciada por algunos testigos, como abogados y periodistas, quienes observaban desde detrás de un cristal antibalas, aunque el Departamento Correccional del estado enfatizó que no podían ver las armas ni el pelotón. El periodista Jeffrey Collins, de The Associated Press, fue uno de los pocos que siguió la ejecución y describió el macabro momento en que se generó una mancha roja en el pecho de Sigmon, un indicio mordaz de la muerte inminente.

"Su pecho se movió dos o tres veces. Aparte del estruendo del rifle, no se escuchó ningún otro sonido", relató Collins. En menos de un minuto, un médico certificó su muerte.

Sigmon, el recluso de más edad en ser ejecutado en Carolina del Sur, optó por este método letal debido a su preocupación por la eficacia de las sustancias de la inyección letal, que temía podrían resultar en una muerte agonizante.

El crimen que lo llevó al corredor de la muerte

Brad Sigmon fue condenado a muerte en 2001 por un crimen atroz: la brutal ejecución de los padres de su exnovia, los Larke, utilizando un bate de béisbol. Según informes del South Carolina Daily Gazette, Sigmon había mantenido una relación de tres años con Rebecca Barbare, pero cuando ella decidió terminarla y mudarse con sus padres, la obsesión de Sigmon se tornó peligrosa.

Obsesionado, comenzó a acosar a Rebecca y, tras una noche de consumo de alcohol y cocaína el 26 de abril de 2001, decidió confrontar a sus padres. Estando bajo la influencia, Sigmon irrumpió en el hogar de los Larke, donde golpeó a David Larke, de 62 años, y a Gladys Larke, con una salvajería escalofriante. Luego de asesinarlos, robó un arma y esperó a que Rebecca regresara, secuestrándola en el proceso. Sin embargo, su plan se desmoronó cuando ella logró escapar durante un descuido.

Después de intensas búsquedas, Sigmon fue aprehendido once días después, gracias a la intervención del celular de su madre. En su testimonio posterior, reveló que su intención original era asesinar a Rebecca y suicidarse.

La última batalla legal

A pesar de los intentos de su defensa por detener la ejecución en el Tribunal Supremo, la solicitud fue denegada. Asimismo, el gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, también rechazó la petición de indulto. Durante el fusilamiento, datos garantizan que tres miembros del pelotón se sitúan tras un muro, al comando de ‘¡Fuego!’, en un momento que evoca la crudeza de la pena capital.

Como último deseo, Sigmon optó por una comida de Kentucky Fried Chicken (KFC), incluyendo puré de papas y habichuelas, un último recordatorio de la vida que le fue arrebatada por sus propias decisiones. Este caso ha reavivado el debate sobre la pena de muerte en EE.UU. y cómo se lleva a cabo, dejando a muchos a cuestionar: ¿realmente se hace justicia con estas medidas extremas?