Salud

El Doomscrolling: Un Circuito Peligroso para la Salud Mental y el Bienestar Digital

2025-03-10

Autor: Martina

En la era digital actual, el término 'doomscrolling' ha adquirido una relevancia alarmante. Se refiere a la adicción de desplazarse indefinidamente por redes sociales, consumiendo compulsivamente noticias negativas que afectan nuestro bienestar emocional. Este fenómeno, que se ha intensificado en los últimos años principalmente a raíz de eventos globales impactantes, ha llevado a expertos a investigar sus efectos en la salud mental. Según Ariane Ling, de la Universidad de Nueva York Langone, "nuestros dispositivos móviles no solo nos conectan a información, sino que también nos ofrecen un torrente interminable de estímulos que pueden ser destructivos".

Los estudios han demostrado que la psicología detrás del doomscrolling tiene similitudes con comportamientos adictivos. Investigaciones realizadas por las universidades de Cornell y Wharton pusieron de manifiesto que el consumo continuo de contenido digital aumenta el deseo de seguir haciéndolo. Por ejemplo, los participantes de un experimento que vieron varios videos en fila tenían un interés superior en continuar viéndolos en comparación con aquellos que solo visualizaron uno. Además, se ha comprobado que el etiquetado homogéneo de videos en realidad fomenta un consumo mayor de contenido diverso.

Este ciclo no es casual; el cerebro libera dopamina cada vez que accedemos a nueva información, y este neurotransmisor, que se asocia con la sensación de recompensa y placer, se convierte en un jugador clave en la dinámica del doomscrolling. Un artículo de la BBC señala que "nuestro cerebro no distingue entre información útil y contenido alarmante o trivial, lo que genera un ciclo vicioso de ansiedad y consumo".

Consecuencias para la Salud Mental

Los efectos del doomscrolling sobre la salud mental son profundos y bien documentados. La exposición prolongada a información negativa puede manifestarse en formas de ansiedad, insomnio y falta de concentración. La psicóloga Susan Albers, de la Clínica Cleveland, advierte que la cantidad de disparidad en los relatos presentados en redes sociales puede llevar a la confusión mental. Además, el uso excesivo de pantallas en la noche interfiere con los patrones de sueño, complicando aún más el descanso.

Desde una perspectiva bioquímica, algunos expertos sugieren que la sobreproducción de dopamina puede dificultar que el cerebro vuelva a un estado de ‘reinicio’, lo que impacta negativamente no solo el estado emocional, sino también la percepción de la realidad. Esta situación puede arrojar una visión pesimista del mundo, exacerbando el sentimiento de caos en la vida diaria.

Estrategias para Combatir el Doomscrolling

Ante estos efectos negativos, es crucial adoptar estrategias efectivas para mitigar el impacto del doomscrolling. Establecer límites de tiempo en el uso de dispositivos móviles es una de las recomendaciones más efectivas. Los iPhones, por ejemplo, ofrecen la función 'Tiempo de pantalla' que permite restringir el acceso a ciertas aplicaciones en horarios específicos. Además, herramientas como ScreenZen y Opal pueden ser útiles al proporcionar alertas y limitar el acceso a aplicaciones que fomentan el doomscrolling.

Alternativamente, se puede optar por reemplazar el doomscrolling con actividades digitales que no sean intrusivas. Aplicaciones como Libby permiten acceder a libros electrónicos gratuitos, mientras que plataformas de juegos como New York Times Games ofrecen entretenimiento sin la carga de noticias alarmantes. Según la BBC, otra estrategia válida es redirigir nuestra curiosidad hacia intereses menos estresantes, promoviendo actividades que no generen ansiedad.

Para aquellos que buscan desconectarse de manera efectiva, dejar el teléfono en otra habitación durante ciertos momentos del día, como antes de dormir, puede ser de gran ayuda. También es fundamental la introspección; reconocer cuándo se está cayendo en patrones automáticos de consumo de información puede ser clave para detener esta tendencia dañina. El desafío está en aprender a navegar por la avalancha de información sin permitir que nos controle, priorizando nuestro bienestar y salud mental en este mundo interconectado.