Desde septiembre hasta noviembre, Patricio Fernández, reconocido exconvencional y periodista, se unió como refuerzo estratégico al equipo de asesores de Aisén Etcheverry, la ministra de Ciencia y ahora vocera subrogante del Gobierno. Este movimiento ha generado gran interés, ya que Fernández ha sido un cercano consejero del Presidente Gabriel Boric desde su llegada a La Moneda en 2022.

Su rol en el ministerio fue mucho más que simplemente asesorar; tenía la tarea de diseñar y ejecutar la estrategia comunicacional del ministerio, lo que incluía proponer acciones de comunicación tanto interna como externa, y ofrecer recomendaciones en situaciones críticas. Este trabajo fue crucial para resaltar la importancia de la ciencia y la tecnología en el progreso del país.

Sin embargo, su paso por el ministerio fue breve; en diciembre ya no ocupaba el cargo. Esta salida coincidió con la proclamación de Etcheverry como vocera subrogante, debido al descanso prenatal de la titular de la Secretaría General de Gobierno, Camila Vallejo. Aunque algunos especulaban que la nominación de Etcheverry estaba relacionada con su trabajo en el ministerio, esta conexión parece más bien incierta, ya que durante los meses en que Fernández trabajó con ella, se hablaba más de otros candidatos para la sucesión de Vallejo.

Patricio Fernández, a sus 55 años, no solo es conocido por su participación en el fallido proceso constitucional de 2022, sino también por su papel significativo en la administración de Gabriel Boric. En 2022, el Presidente le encomendó liderar la conmemoración del 50 aniversario del golpe de Estado, un evento que atrajo la atención internacional y que buscaba recordar momentos cruciales de la historia chilena. Este trabajo, llevado a cabo con el respaldo del Ministerio de Culturas, reafirmó su influencia en la esfera político-cultural del país.

Sin embargo, su estancia en el gobierno no estuvo exenta de controversia. En julio de 2023, un comentario realizado durante una entrevista en Radio Universidad de Chile causó revuelo, ya que Fernández sugirió que el debate sobre el golpe de Estado podría seguir siendo discutido, lo que desató críticas desde el mundo de los derechos humanos y del Partido Comunista. Las presiones lo condujeron a presentar su renuncia, argumentando que su presencia se había convertido en un obstáculo para el desarrollo positivo de la conmemoración.

Este episodio ha dejado una marca en su carrera, y muchos se preguntan cómo afectará su futuro político y profesional. ¿Volverá a la arena pública? ¿O explorará nuevas oportunidades lejos de la política? La historia de Fernández es un claro ejemplo de cómo el pasado reciente de Chile sigue influyendo en el presente.