Salud

¿El bienestar mental de los políticos está en peligro? Una mirada seria hacia la democracia

2024-09-25

Es poco habitual que quienes han alcanzado el pináculo del poder compartan abiertamente sus debilidades, temores y las cicatrices emocionales que les deja la vida en la cúspide. Marcos Peña, exjefe del Gobierno argentino bajo la presidencia de Mauricio Macri, ha decidido romper el silencio y ha publicado un libro titulado *El arte de subir (y bajar) la montaña* (Siglo XXI).

Peña reflexiona sobre cómo el poder puede deshumanizar a las personas, alejándolas de sí mismas y de los demás. Utiliza la metáfora de la montaña alta para explicar que estos son lugares en los que no deberíamos permanecer por mucho tiempo; es necesario entrar y salir. La permanencia puede aumentar el riesgo de deshumanización, una experiencia común en muchas esferas del liderazgo.

La presión constante y la necesidad de respuestas inmediatas generan lo que él llama 'estrés crónico', un grave costo emocional que afecta la capacidad de conectarse genuinamente con otros. Sin embargo, también confiesa que esta realidad es adictiva, impulsada por la fama, el dinero y el poder, que funcionan como agentes compensadores para el liderazgo extremo.

Peña advierte que la política puede convertirse en una vida consumidora. A medida que las exigencias aumentan, es fundamental que los líderes reconozcan sus límites y se tomen un tiempo para reflexionar. Él mismo tuvo que enfrentar esta realidad y decidió retirarse para preservar su bienestar y su relación familiar.

¿Todos los líderes arrastran traumas? Peña sugiere que muchos en posiciones de liderazgo, ya sea en los ámbitos político, empresarial, deportivo o artístico, pueden haber encontrado en sus éxitos la forma de cubrir vacíos emocionales profundos. Cuanto más intensa sea esa necesidad, mayor será la capacidad de liderazgo, creando un círculo vicioso que perpetúa la desconexión.

Además, el impacto de las redes sociales ha transformado la experiencia del liderazgo, donde la exposición y la crítica son immediatas y constantes. Un informe reciente de la Apolitical Foundation destaca que el bienestar mental de los políticos es un riesgo sistémico para la democracia actual. Ante el creciente nivel de agresión y demanda, muchos se cuestionan si desean involucrarse en política, pues hablar de salud mental en el ámbito político sigue siendo un tema tabú.

Peña sugiere desconectarse de las redes sociales debido a la toxicidad que generan, lo que impide momentos de concentración y descanso. Instar a líderes a pensar en términos de ascensos y descensos en lugar de carreras lineales podría ayudarles a recuperar fuerzas y procesar sus experiencias.

Curiosamente, también observa que la opinión pública aún no está del todo dispuesta a aceptar la vulnerabilidad en los políticos. No obstante, menciona casos como el de Gabriel Boric, presidente de Chile, quien, al hablar abiertamente sobre su salud mental, no fue castigado por los votantes, sugiriendo un posible cambio generacional en la percepción del liderazgo.

En este contexto, Peña critica la figura de los 'superhéroes' políticos, argumentando que este estereotipo no refleja la realidad humana de los líderes, quienes también enfrentan luchas internas. A lo largo de la historia, muchos de los líderes emblemáticos han navegado por combates emocionales serios y la ocultación de tales realidades no solo los deshumaniza, sino que distorsiona la visión del liderazgo.

Por último, reflexiona sobre su propia experiencia política como fundamental para su crecimiento personal y profesional, señalando que los líderes deben atreverse a mostrar su humanidad auténtica. Para Peña, la política, a pesar de sus desafíos, sigue siendo esencial para la democracia y la libertad, por lo que es crucial que se trabaje en fomentar la salud mental de quienes están en el poder.