Ciencia

¡El asombroso cambio de las palomas en Santiago que revela la historia de la ciudad!

2025-02-03

Autor: Lucas

Las palomas de la Plazuela del Teatro Municipal en Santiago han sido testigos silenciosos de la transformación urbana a lo largo de las décadas. Una famosa fotografía, datada entre 1910 y 1940, muestra que un sorprendente 40% de las palomas en esa época eran blancas. Sin embargo, estudios recientes de la Universidad de Chile, liderados por Verónica Palma y Pablo Sabat, revelan que actualmente solo el 2% de las palomas de Santiago mantiene esta coloración.

La drástica disminución de las palomas blancas parece tener estrecha relación con la creciente contaminación en la ciudad. Según la investigación, las palomas de plumaje más oscuro, como las negras o melánicas, son más resistentes a los contaminantes ambientales, ya que logran almacenar metales pesados como plomo, cobre y zinc en sus plumas. Analizando 2.200 palomas desde San Bernardo hasta Las Condes, los científicos encontraron que la coloración de estas aves varía según las condiciones del ambiente.

Este estudio no solo abarca la biología de las palomas, sino que también conecta la evolución de la especie con la historia urbana de Santiago. Isaac Peña, doctor en Ecología y Biología Evolutiva, destaca que el estudio se centra en cómo las acciones humanas impactan en la fauna urbana, eligiendo a las palomas como modelo de investigación debido a su adaptación histórica a la vida en compañía de los humanos.

Las palomas, hoy consideradas centinelas de nuestro entorno, muestran cambios visiblemente marcados en sus plumajes, que son el resultado de múltiples mutaciones genéticas por las condiciones de vida urbanas. Factores como la contaminación, el calor extremo (sabiendo que Santiago es una ciudad rodeada de islas de calor) y la heterogeneidad del paisaje urbano han sido identificados como determinantes en la coloración de las aves.

Por otro lado, el calentamiento urbano es tan extremo que las variaciones de temperatura entre diferentes áreas pueden llegar a ser de 3 a 4 grados Celsius. Un ejemplo claro se observa en Cerrillos, donde las temperaturas pueden alcanzar los 38°C durante los meses más cálidos. Estas islas de calor afectan no solo a las palomas, sino también a su fisiología y a sus sistemas inmunológicos.

Entre las fascinantes características estudiadas, se evidencia que las palomas reflejan longitudes de onda cercanas al infrarrojo en verano mucho más que en invierno, lo que puede ser crucial para su adaptación al calor. Además, el sistema que determina su color puede influir en la regulación del colesterol en estas aves.

Peña también menciona que, a lo largo de las décadas, las costumbres alimenticias de los santiaguinos han cambiado, relegando a las palomas en la dieta local. Antiguamente, las palomas eran comunes en los hogares y vendidas en mercados, como en el Mercado Central de Santiago. Este cambio ha sido olvidado en gran parte por la población, a pesar de que el Código Civil de 1855 las consideraba propiedad del hogar.

Finalmente, este extraordinario estudio invita a reflexionar sobre cómo la convivencia entre humanos y animales se ve moldeada por factores ambientales y culturales, convirtiendo a Santiago en un laboratorio natural donde cada paloma cuenta una parte de nuestra historia.