La reforma previsional avanza en el Congreso, y aunque hay críticas sobre ciertos aspectos del acuerdo alcanzado entre el Gobierno y Chile Vamos, muchos economistas coinciden: aunque no es perfecta, es una propuesta razonable que podría beneficiar al país, por lo que es urgente su aprobación.

Eduardo Engel, economista y profesor de la Universidad de Chile, expresó que, a pesar de que le gustaría ver ciertos cambios, considera que "este acuerdo es un avance significativo". En una entrevista reciente, Engel afirmó que esta reforma es lo bastante importante para apoyarla sin reservas y destacó el papel crucial que desempeñó el equipo de trabajo en su elaboración.

"Este avance demuestra que, a pesar de las debilidades de nuestro sistema político, es posible llegar a consensos", enfatizó Engel, subrayando que se trata de un acuerdo sostenible que debería perdurar en el tiempo, siempre y cuando se tomen en cuenta las advertencias formuladas por el Consejo Fiscal Autónomo (CFA).

El economista también advirtió que, aunque se han logrado avances, quedan pendientes temas críticos que deberían abordarse en el futuro, como el eventual retraso de la edad de jubilación, un asunto que resulta sumamente complejo políticamente.

El máximo desafío radica en la necesidad de liderazgos transversales que expliquen a la ciudadanía la urgencia y complejidad de esta reforma, ya que muchos podrían tener expectativas no realistas sobre sus resultados, remarcó Engel.

Por su parte, Klaus Schmidt-Hebbel, profesor en la Universidad del Desarrollo, también manifestó su apoyo a la reforma, calificándola de "razonable". Schmidt-Hebbel aseguró que, si tuviera la oportunidad de votar, lo haría a favor, destacando que el proyecto busca mejorar las pensiones después de años de inacción en este ámbito.

"Confío en que, tras la discusión final que se está llevando a cabo, se logre un consenso que beneficie a la ciudadanía", comentó. Resaltó que, aunque el acuerdo aún tiene áreas que podrían mejorarse, su estructura es un paso positivo en comparación con la falta de acción de los últimos 17 años.

Schmidt-Hebbel hizo hincapié en los componentes del proyecto, como el 4,5% que se destinará a las AFP y que responde a la demanda popular de que los recursos son de los trabajadores, contrastando con propuestas anteriores que buscaban una mayor estatización del sistema. También mencionó que el 1,5% adicional se destinará a subsidios para cotizantes, lo que beneficiará a grupos de ingresos medios, aunque reconoció que podría tener implicaciones regresivas.

"La reforma se basa en un aumento del 1,5% de la cotización adicional, que aunque es temporal, representa un aumento significativo en las cuentas individuales de los trabajadores. Esto es justo lo que Chile necesita para mejorar su sistema de pensiones", concluyó el economista.

En conclusión, la reforma de pensiones en Chile está en un punto crítico de debate, y la opinión de expertos como Engel y Schmidt-Hebbel podría resultar fundamental para guiar el camino hacia una aprobación que repercutirá en el bienestar financiero de futuras generaciones.