Este jueves, el dólar en Chile experimentó un comportamiento volátil, que culminó con una leve caída. A pesar de las alzas iniciales, el precio de la divisa terminó en $936,55, lo que representa una baja de $1,69 respecto al día anterior, según datos de Bloomberg. Este movimiento se produce en medio de un clima de inversiones poco habitual, influenciado por el mercado del cobre y las tensiones comerciales entre Estados Unidos y otros países.

Durante la mañana, el dólar alcanzó un pico de $944, pero luego cayó a un nivel de $934 por la tarde, observándose una clara reacción del mercado a los futuros del cobre, que escalaron un 1,4% hasta alcanzar US$4,92 por libra. Este es el precio más alto desde mayo en el mercado Comex estadounidense, lo que intensifica la prima del cobre en comparación con otros precios internacionales del metal, que en la Bolsa de Metales de Londres se cotizó a US$4,42 la libra.

El economista jefe de EuroAmerica, Felipe Alarcón, destacó que la caída del dólar-peso se debe puntualmente al precio del cobre, impulsado por especulación y por la estacionalidad de las compras de este metal en China, que tradicionalmente se incrementan entre el Año Nuevo Lunar y mediados de abril. Sin embargo, el índice del dólar, que mide la divisa estadounidense frente a una cesta de divisas de países desarrollados, mostró un aumento del 0,2%, alcanzando los 103,8 puntos, a pesar de las caídas en los rendimientos del Tesoro.

En los últimos días, el dólar ha mostrado poca tendencia a seguir cayendo. El miércoles, el precio rebotó desde los $930 y cerró con un ligero avance. Sin embargo, existe presión en el mercado, con agentes extranjeros reajustando sus posiciones hasta acumular US$400 millones netos a favor del peso chileno, una situación que no se veía desde 2022.

Alarcón advirtió que, aunque los inversionistas extranjeros han sido grandes vendedores de dólares, esto representa un arma de doble filo. En caso de que decidan revertir su posición y empezar a comprar dólares nuevamente, podrían tener un amplio margen para hacerlo, lo que generaría movimientos drásticos en el mercado cambiario.

La situación se complica aún más con la guerra comercial entre Estados Unidos y otros países. Los precios al productor en EE.UU. fueron más bajos de lo esperado, aunque algunos analistas advierten sobre la posible resistencia en los componentes que impactarían índices de consumo y gasto personal, cruciales para la Reserva Federal. Los efectos inflacionarios derivados de los aranceles impuestos por la administración Trump también son objeto de preocupación, especialmente tras la reacción de la Unión Europea y Canadá, que ya han tomado represalias contrarrestando estas tarifas. Además, Trump ha amenazado con aranceles del 200% sobre bebidas alcohólicas de la UE, lo que podría añadir incertidumbre al mercado.