Este miércoles, el tipo de cambio chileno experimentó un repunte desde la zona de los $930, impulsado por dos factores clave: el precio del cobre alcanzó máximos en 10 meses y una reciente reevaluación del mercado respecto a los datos de inflación de Estados Unidos.

A inicios de la tarde, el dólar estaba cotizando a $936,2, recuperándose de una caída momentánea a $928 durante la mañana, un hecho notable que se produce en medio de una semana agitada tras las declaraciones de Donald Trump.

¿Qué está pasando con el cobre?

El dólar-peso inicialmente sufrió las consecuencias de los fuertes aumentos en el precio del cobre, que disparó sus futuros en un 2%, alcanzando los US$ 4,86 por libra, un nivel no visto desde mayo de 2024 en el mercado Comex estadounidense.

Expertos alertan que el cobre, un metal esencial en la industria, sigue escalando su valor debido a la incertidumbre sobre su futuro en el marco de la guerra comercial y los inminentes aranceles que podría implementar Trump.

El jefe de estrategia de commodities de Saxo Bank, Ole Hansen, señala que "la investigación sobre el cobre puede demorar meses, lo que ha abierto las compuertas para un arbitraje entre los precios internacionales y los de EEUU, creando oportunidades para los inversionistas astutos". En la Bolsa de Metales de Londres, el cobre se estaba transaccionando a US$ 4,43 por libra, lo que refuerza esta tendencia.

Implicaciones de la inflación

La reacción del mercado también se vio influenciada por el informe del IPC de febrero en EE. UU., que sorprendió a la baja en varios índices, aunque los rendimientos de los bonos del Tesoro aumentaban y el dólar crecía en otras partes del mundo.

Según James Knightley, economista jefe internacional de ING, "aunque las cifras de inflación son alentadoras, se deben considerar con cautela, ya que están influenciadas por la caída de las tarifas aéreas, lo que podría desatar un aumento de precios impulsado por el temor a los aranceles en el futuro cercano". Esto plantea un escenario preocupante, ya que las empresas podrían verse obligadas a incrementar sus costos, llevando a una posible inflación descontrolada durante el verano del hemisferio norte.

El panorama económico se torna cada vez más incierto, y tanto los inversionistas como los consumidores deben estar preparados para posibles fluctuaciones en el mercado que podrían impactar en el poder adquisitivo y en la economía nacional.