Un joven de solo 16 años se encuentra en estado crítico en la Unidad de Paciente Crítico de un hospital local, tras haber sido alcanzado por un disparo en la cabeza. El director del servicio médico, Andrés Prieto, informó que el adolescente está actualmente conectado a un ventilador mecánico y su pronóstico tanto neurológico como vital es reservado.

El presunto autor de este trágico evento, también de 16 años y de nacionalidad venezolana, fue detenido por la Policía de Investigaciones (PDI) en la tarde de este viernes. Las autoridades lo imputan por homicidio frustrado después de que el joven, identificado con las iniciales M.I.B.L, recibiera el disparo en una escena que todavía está siendo investigada. Esta detención es solo un capítulo más en un problema social creciente entre los jóvenes del país.

El ataque ocurrió alrededor de la una de la madrugada en el sector de El Pingüino, entre las calles Augusto Lutz y Las Américas. Las circunstancias que llevaron a este disparo son inciertas, y las autoridades no descartan la posibilidad de un ajuste de cuentas. Sin embargo, lo que es alarmante es que la víctima estaba violando una medida cautelar que le impedía salir de su hogar durante la noche debido a un arresto domiciliario nocturno, impuesto por el tribunal hace menos de un mes.

El juez que impuso dicha medida, Ricardo Herrera, enfatizó la importancia del derecho a la educación y le permitió a M.I.B.L salir para asistir a la escuela. Fue una decisión arriesgada, que muchos cuestionan ahora tras los eventos recientes.

Además, este mismo menor había estado enfrentando un caso anterior por apuñalar a una joven transgénero en una multicancha, lo cual lo mantuvo bajo supervisión judicial. En esa ocasión, la violencia fue igualmente desmedida, dejándola en estado grave.

La investigación está en curso, con la Brigada de Homicidios de Punta Arenas liderando los esfuerzos. Los detectives, junto con peritos del Laboratorio de Criminalística, han estado recopilando evidencia para comprender mejor cómo un menor pudo estar involucrado en un acto tan violento.

En un último informe, el médico declaró que el estado de salud de la víctima es crítico. Sufrió un impacto de bala que se alojó en su cerebro, y fue sometido a una craneotomía descompresiva, una intervención quirúrgica que busca aliviar la presión en el cerebro. Lamentablemente, las probabilidades de recuperación son complejas y la comunidad está en expectativa.

Este lamentable suceso subraya la creciente preocupación por la violencia juvenil en la región y plantea interrogantes sobre la efectividad de las medidas de protección y rehabilitación para los adolescentes en conflicto con la ley.