Descubren alarmantes deficiencias en matemáticas y ciencias: el futuro educativo de Brasil en juego
2024-12-23
Autor: Santiago
En un destacado informe que ha sacudido el panorama educativo, Brasil participó por primera vez en el Estudio Internacional de Tendencias en Matemáticas y Ciencias, llevado a cabo por la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA). Esta organización, fundada en 1958, se dedica a analizar el rendimiento educativo en diversos países. Los resultados son preocupantes: la mitad de los niños brasileños de aproximadamente nueve años no pueden resolver problemas simples como multiplicaciones o adiciones básicas, situando al país entre los últimos lugares en una lista que incluye 64 naciones.
"Estamos empatados con el rendimiento de naciones africanas con un PIB inferior al nuestro", señala Ernesto Martins Faria, director de Iede, que analiza las políticas públicas en educación. El estudio revela también que el 62% de los adolescentes de 13/14 años desconocen las formas geométricas fundamentales, mientras que el 39% de los niños de nueve años carecen de conocimientos básicos sobre planta, animales y medio ambiente.
La alarmante situación no es nueva: ya había evidencias de déficits en habilidades de lectura y comprensión de textos en la educación brasileña. Sin embargo, este nuevo estudio resalta una crisis más profunda en matemáticas, habilidades críticas en un mundo cada vez más dependiente de la información numérica.
El fracaso educativo tiene causas complejas, desde la falta de inversión adecuada hasta la preparación insuficiente de los docentes en matemáticas. Con una proliferación de programas de educación a distancia de baja calidad, muchos graduados eligen carreras mejor remuneradas como ingeniería, lo que deja vacantes en la educación primaria.
A pesar de este sombrío panorama, Brasil cuenta con destacados investigadores en el ámbito internacional. Según datos de Clarivate, dieciséis científicos brasileños están entre los más citados en importantes revistas científicas, lo que refleja un potencial académico que aún necesita ser aprovechado adecuadamente.
Sin embargo, otro factor que complica esta situación es la desigualdad económica. Émerson de Pietri, docente de la Universidad de São Paulo, explica que muchos jóvenes provienen de contextos socioeconómicos difíciles y enfrentan dificultades cotidianas que obstaculizan su aprendizaje: "Primero deben preocuparse por sobrevivir".
El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) expone que en 2023, el 19% de los jóvenes de 15 a 29 años abandonó la escuela pública antes de culminar la educación básica. A pesar de ligeras mejoras, la cifra sigue siendo alarmante y retrata la cruda realidad de las familias más vulnerables. La falta de recursos económicos y la necesidad de trabajar son razones primordiales detrás de esta crisis, con un 53,5% de los varones dejando los estudios y un 23,1% de las mujeres debido a embarazos.
Programas de becas, como el "Pé-de-Meia", que apoyan a jóvenes en situación desfavorecida, están en riesgo de recortes. Lanzado repetidamente este año, se ha convertido en ver un faro de esperanza para muchas familias, aunque enfrenta la dura realidad de proyectos educativos paralizados, que desde abril, han visto un avance mínimo en su reactivación.
El problema estructural se agrava, dado que la inversión pública ha estado más enfocada en cuotas de acceso a universidades que en la educación básica. A pesar de un aumento reciente en la inversión en educación primaria, los resultados no se verán hasta dentro de una década, perpetuando un ciclo vicioso donde los pobres no reciben la formación adecuada y encuentran obstáculos insuperables para acceder a educación superior de calidad.
La sociedad brasileña debe tomar cartas en el asunto antes de que sea tarde. La educación es la clave para un futuro mejor, y proteger a las generaciones más jóvenes de hoy es crucial para evitar que Brasil quede relegado en el ámbito académico y, por ende, en el desarrollo mundial.