¡Descubre la Impactante Realidad del Trastorno de la Personalidad por Evitación y su Distinción de la Fobia Social!
2024-11-15
Autor: Isidora
Realizar una simple compra, salir a tomar algo con amigos o interactuar con compañeros de trabajo son acciones que para la mayoría de las personas son rutinarias y casi automáticas. Sin embargo, para aquellos que sufren de Trastorno de la Personalidad por Evitación (TPE), estas situaciones se convierten en una fuente intensa de ansiedad y malestar. Este trastorno se distingue por una notable "inhibición social", según la psicóloga Natalia Correa Flores. Las personas con TPE a menudo experimentan "sentimientos de inferioridad" y una "hipersensibilidad" que las mantiene constantemente alertas ante cualquier amenaza que perciban en sus interacciones sociales.
En el contexto social, quienes padecen TPE enfrentan un miedo persistente a ser juzgados. La psicóloga describe esta condición como un estado de "hipervigilancia" constante, en el que las personas ven a quienes les rodean como potenciales amenazas que pueden ofender o rechazar. Esta angustia puede ser tan abrumadora que muchas veces la solución más tentadora resulta ser el aislamiento total, lo que a corto plazo puede ofrecer un alivio, pero a largo plazo conduce a la tristeza y a un aislamiento aún mayor.
Diferencias entre TPE y Fobia Social
Pero, ¿cómo se diferencia el Trastorno de la Personalidad por Evitación de la fobia social? La psicóloga Natalia Correa Flores señala que esta comparación es polémica, ya que ambos trastornos comparten ciertas características. Sin embargo, una diferencia clave es que las personas con fobia social tienden a evitar situaciones sociales que les expongan, pero no tienden a evitar todas las interacciones, especialmente aquellas más cercanas o íntimas. En contraste, quienes sufren de TPE evitan cualquier tipo de relación, incluidas las más cercanas.
Ambos trastornos comparten sentimientos de baja autoestima y un autoconcepto deteriorado, lo cual perpetúa una espiral de autocrítica y autodesprecio. Esta perspectiva negativa se ve acompañada de timidez extrema, pensamientos pesimistas y una desconfianza constante hacia los demás. Precisamente, la combinación de estos síntomas profundiza su aislamiento social, convirtiendo la vida cotidiana en un desafío monumental.
Se estima que alrededor del 2.5% de la población presenta Trastorno de la Personalidad por Evitación, y es crucial entender las diferencias con la fobia social para proporcionar apoyo adecuado. El tratamiento, que puede incluir terapia cognitivo-conductual, tiene como objetivo ayudar a las personas a superar sus miedos y mejorar su calidad de vida. Abordar estos problemas es esencial no solo para los individuos afectados, sino también para sus seres queridos que anhelan una conexión más profunda. ¡La conciencia y la comprensión son el primer paso hacía la sanación!