Mario Desbordes, actual alcalde de Santiago por Renovación Nacional, no se ha guardado nada al criticar a su predecesora, Irací Hassler del Partido Comunista, a quien acusa de "demoler" la educación pública en la comuna. Durante una reciente entrevista, Desbordes enfatizó la gravedad de la situación. Según él, el déficit actual en la municipalidad es alarmante, con 13.500 millones de pesos, mientras que la Dirección de Educación enfrenta un déficit aún más preocupante, cerrando el año 2024 con un déficit estimado de 20.000 millones de pesos.

Desbordes también destacó que ha sido necesario suplementar 17.000 millones de pesos de la municipalidad a la Dirección de Educación para mantenerla operativa. Desde 2021, se ha registrado una pérdida de 3.500 alumnos en matrículas, traducido en 4.000 millones de pesos menos en subvenciones, lo que ha complicado aún más el panorama financiero. Además, mientras se reporta una disminución en matrículas, el número de profesores y asistentes se ha incrementado sin justificación válida, elevando los costos en varios miles de millones de pesos.

En 2021, se traspasaron 8.000 millones para cubrir el déficit en educación, y para el año 2024 se espera que esta cifra se duplique a 16.000 millones, lo que hace evidente la falta de recursos para pagar las cotizaciones de diciembre a los funcionarios educacionales.

Un incidente trágico recientemente subrayó la crisis educativa: una explosión en el Internado Nacional Barros Arana (INBA) el 23 de octubre de 2024, que dejó a varios estudiantes heridos. Desbordes calificó las denuncias recibidas de los profesores del INBA como "gravísimas", señalando el deterioro crítico de la infraestructura y la preocupante caída en el número de matriculados, que ha pasado de casi 1.900 a apenas 800. Este éxodo de estudiantes ha sido acompañado por una caída en la calidad educativa y el cuestionable aumento de personal docente.

A pesar de la difícil situación, los profesores administrados por la Municipalidad de Santiago han salido a protestar, demandando el fin de una reducción salarial del 30% y la continuidad de beneficios históricos. También han advertido sobre la posible pérdida de más de 1.000 contratos si no llegan a un acuerdo con la municipalidad antes del inicio del año escolar.

Desbordes desestimó las afirmaciones sobre despidos masivos, asegurando que los docentes están solicitando un bono que el municipio no puede cubrir actualmente. Además, las denuncias sobre listas negras distribuidas entre los empleados también fueron rechazadas por el alcalde, quien reiteró que no existe tal lista y que se están realizando cambios normales en la administración.

En un contexto donde la educación pública se encuentra en crisis, la gestión de Desbordes se enfrenta a un desafío monumental. La comunidad espera ansiosamente soluciones, y el futuro de la educación pública en Santiago está en la cuerda floja. ¿Podrá la administración actual revertir esta tendencia descendente o estamos frente al colapso total del sistema educativo en la capital?