El tema del bienestar animal ha cobrado mayor relevancia en la industria ganadera colombiana y mundial. Recientemente, se ha hecho un cambio significativo normativo, pasando de las conocidas Cinco Libertades a un nuevo concepto: los Cinco Dominios. Este nuevo marco busca asegurar el bienestar integral de los animales, abarcando no solo su salud física, sino también su estado emocional y psicológico.

Sin embargo, esta transición implica desafíos que deben ser cuidadosamente considerados, especialmente en un sector que representa un pilar de la economía nacional como es la ganadería.

Las Cinco Libertades se fundamentan en un enfoque que busca eliminar el sufrimiento directo y evidente de los animales, asegurando condiciones básicas como acceso a alimento y agua, un ambiente adecuado, atención médica, y la posibilidad de expresar comportamientos naturales.

Por otro lado, los Cinco Dominios amplían esta perspectiva, introduciendo nuevas variables que requieren medir el bienestar mental del animal. Este nuevo enfoque presenta complicaciones, ya que evaluar la salud mental de los animales es subjetivo y complicado. Sin una metodología universalmente aceptada, implementar estos cambios se vuelve una tarea ardua, especialmente en sistemas de producción extensiva.

La superposición de estos marcos de referencia puede generar confusión en las políticas públicas. Esto podría obstaculizar la creación de leyes claras y efectivas, incrementar los costos operativos y comprometer la competitividad de nuestros productos en el mercado internacional. Es vital salvaguardar la economía de los pequeños y medianos productores que podrían verse gravemente afectados en su capacidad de cumplir con estos nuevos estándares.

En Colombia, hemos demostrado que cumplimos con los estándares internacionales, lo cual fue reafirmado por entidades globales en recientes encuentros. A pesar de contar con una sólida reputación en exportaciones de ganado, los nuevos requerimientos podrían arriesgar este logro.

Las asociaciones como Aexgan, que representan a los exportadores de ganado, están comprometidas con el bienestar animal, pero hacen un llamado a autoridades y legisladores para que evalúen exhaustivamente el impacto de implementar los Cinco Dominios. El bienestar animal es esencial, pero no podemos permitir que impulsos normativos comprometan la viabilidad económica del sector.

Es fundamental buscar un balance entre el bienestar de los animales y el desarrollo económico. La transición hacia un modelo de bienestar animal más integral debe ser gradual y factible, y no debe poner en peligro la estabilidad del sector ganadero colombiano.

A todos los ganaderos y trabajadores del campo, deseo un próspero Año Nuevo en este cierre de 2023. Con esperanza, enfrentemos los retos de 2024, buscando siempre el crecimiento sostenible y responsable. ¡Juntos, construyamos un futuro más sólido para la ganadería en Colombia!