El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha tomado una decisión sin precedentes al anunciar este lunes la conmutación de las sentencias de muerte de 37 personas condenadas a nivel federal. Esta medida llega a menos de un mes de su salida del cargo, programada para el 20 de enero.

A partir de ahora, todas las sentencias conmutadas se convertirán en cadenas perpetuas sin posibilidad de libertad condicional, según lo expuesto en un comunicado emitido por la Casa Blanca. Esta acción sitúa a Biden como el mandatario que más conmutaciones ha otorgado en los últimos días de su presidencia en comparación con sus predecesores.

Biden ha dedicado buena parte de su carrera política a la lucha por un sistema de justicia más justo y equitativo. En sus propias palabras, “Estados Unidos debe poner fin al uso de la pena de muerte a nivel federal, excepto en los casos de terrorismo y asesinatos en masa motivados por el odio”.

La administración Biden ya había impuesto una moratoria a las ejecuciones federales desde que asumió el cargo, y este nuevo paso busca asegurar que la próxima administración no pueda confirmar sentencias de muerte bajo las políticas actuales. Esta decisión refleja una creciente tendencia hacia la revisión de penas y la búsqueda de un enfoque más humanitario en el sistema judicial estadounidense.

En una acción similar, el presidente también había anunciado a principios de mes indultos para alrededor de 1.500 estadounidenses, marcando un récord en un solo día. Esta medida se centró en individuos que habían demostrado una exitosa rehabilitación y estaban comprometidos en hacer sus comunidades más seguras. Entre los beneficiarios se encontraban aquellos que estaban en confinamiento domiciliario durante la pandemia de COVID-19, así como personas condenadas por delitos no violentos.

Biden se ha destacado como el primer presidente en otorgar indultos globales para el uso y la posesión de marihuana, así como para exmiembros de las Fuerzas Armadas del colectivo LGBTQI+ que fueron condenados por conductas privadas relacionadas con su orientación sexual.

Entre los hombres que se benefician de la última decisión de Biden se encuentran varios hispanos, como Daniel Troya y Ricardo Sánchez Jr., quienes fueron condenados a muerte en Florida en 2010 por el asesinato de cuatro miembros de una familia en un incidente vinculado al narcotráfico.

Esta decisión marca un cambio significativo en la política penal de Estados Unidos, lo que podría tener un impacto duradero en el futuro del sistema judicial y una reflexión sobre la moralidad de la pena capital en el país. La pregunta ahora es: ¿veremos un giro definitivo hacia la abolición de la pena de muerte en la nación? ¡Estén atentos!