El 2025 ha comenzado con un impacto contundente en la economía chilena, ya que el dólar ha superado la cota de los $1.000, cerrando este viernes en $1.017,40 según la Bolsa Electrónica de Chile. Este incremento representa un alza de más de $10 en comparación con el cierre del jueves, alcanzando niveles que no se veían desde julio de 2022.

Ricardo Bustamante, subgerente de estudios de Capitaria, advirtió que este nivel podría convertirse en la 'nueva normalidad' del tipo de cambio. Esta tendencia podría cambiar sólo con una intervención significativa de la Reserva Federal de Estados Unidos o del Banco Central chileno. En sus palabras: “Si los fundamentos que alimentan el alza del dólar se mantienen, podríamos consolidarnos sobre los mil pesos en el corto plazo. A mediano plazo, se prevé un mayor impulso para la moneda estadounidense, a menos que el Banco Central tome acción.”

Esta situación se ve alimentada, en parte, por la actual diferencia de tasas de interés entre Chile y Estados Unidos, además del posible regreso de Donald Trump a la presidencia de EE. UU., lo que afecta la fortaleza del dólar a nivel global.

Además, la caída del precio del cobre, esencial para la economía chilena, también impacta en este escenario, habiendo registrado una baja del 1,7% y cotizando a US$3,94 la libra.

Las Consecuencias del Disparo del Dólar

El analista Felipe Sepúlveda de Admirals indicó que el aumento del dólar trae consigo efectos mixtos en la economía local. Los efectos negativos incluyen el encarecimiento de productos importados, como combustibles y alimentos, lo que deriva en un aumento de la inflación y así un deterioro del poder adquisitivo de los chilenos. Esto también incrementa los costos de mantener subsidios, como el Mepco, afectando las finanzas públicas.

Sin embargo, los exportadores podrían beneficiarse, ya que sus productos se tornan más competitivos en los mercados internacionales. También se favorecen aquellos que reciben remesas o trabajan en el sector turístico.

El futuro económico de Chile está en juego, y la creciente incertidumbre y volatilidad en el tipo de cambio podrían tener repercusiones profundas en la vida diaria de los ciudadanos, así como en las políticas del gobierno. ¿Estamos preparados para enfrentar esta nueva realidad económica? ¡El tiempo lo dirá!