Ciencia

¿Cuándo será común que las personas vivan más de 100 años (y hasta qué edad se podrá vivir)?

2024-09-23

Sobrepasar la barrera de los 100 años continúa siendo un logro que provoca admiración, especialmente cuando se trata de alguien cercano. Aunque cada vez más personas alcanzan esta edad, vivir un siglo o más sigue siendo considerado excepcional, reservado para aquellos que han disfrutado de una salud excepcional a lo largo de sus vidas. Sin embargo, ¿cuánto tiempo falta para que esto se convierta en la norma y no en un caso aislado? ¿Es realmente posible que el avance en la medicina permita que se convierta en algo habitual o hay un límite biológico que lo impide?

La esperanza de vida ha ido en aumento de manera constante a lo largo de los siglos. Los especialistas coinciden en que gran parte de este aumento se debe a las mejoras en la atención neonatal y la reducción en la mortalidad infantil. "Hace 200 años, la esperanza de vida era de tan solo 40 años, principalmente debido a la alta mortalidad infantil. Aquellos que lograban sobrevivir el primer año de vida alcanzaban promedio alrededor de 60 años", explica Nicolás Sacco, investigador del Conicet.

Las mejoras en la salud pública, la seguridad y el acceso al agua potable han sido cruciales para que muchos niños sobrepasen el primer año de vida. Aunque la esperanza de vida sigue en aumento, los investigadores observan que este crecimiento se está desacelerando y cada vez es más difícil alcanzar nuevos récords.

Stuart Olshansky, profesor en la Universidad de Illinois, sostiene que vivir 100 años nunca será común a menos que se descubran formas de prevenir el envejecimiento. Él advierte que, aunque hay quienes creen en un futuro en el que las enfermedades que afectan a los ancianos sean completamente eliminadas, no se ha alcanzado consenso dentro de la comunidad científica sobre la posibilidad de extender significativamente la longevidad humana.

Más allá de los debates y análisis científicos, algunos expertos sugieren que si se lograra aumentar la esperanza de vida de los adultos mayores, podríamos asistir a un nuevo salto exponencial en la longevidad. No obstante, esto implicaría enormes avances en la ciencia médica que cambien la biología de nuestra especie.

Rafael Rofman, investigador, señala que el objetivo ha sido reducir la mortalidad infantil, y en un futuro cercano deberíamos fijarnos en alargar la vida de quienes han alcanzado los 70 u 80 años, lo cual es una tarea formidable.

Varios estudios recientes han utilizado análisis estadísticos y biomarcadores de envejecimiento para determinar que quizás la esperanza de vida tenga un límite, estimado entre 120 y 150 años. Diferentes investigaciones, incluyendo publicaciones en revistas científicas como Nature, han indicado que, debido a la acumulación de daños moleculares en nuestro ADN, es posible que el cuerpo humano pierda su capacidad de resiliencia tras los 120 años.

El hecho de que aún se registren personas viviendo más de 100 años, como la reciente fallecida María Branyas Morera a los 117 años, o Jeanne Calment, quien llegó a los 122 años, plantea interrogantes sobre nuestro potencial de longevidad. Sin embargo, los expertos advierten que es improbable que estos récords se superen de manera fácil o constante.

Rodolfo Goya, experto en envejecimiento, tiene una visión más optimista; sugiere que a futuro podríamos alcanzar terapias que nos permitan rejuvenecer a nivel celular, lo que podría abrir la puerta a una vida mucho más larga y saludable. Esto se apoyaría en la investigación actual que busca, mediante la manipulación de ciertos genes relacionados con el envejecimiento, revertir el proceso de deterioro.

A medida que la ciencia avanza, se vislumbra un futuro donde vivir más de 100 años no solo sea posible, sino que esté acompañado de una calidad de vida óptima. La clave, según Goya y otros investigadores, radica en aprender a controlar los efectos del envejecimiento y la acumulación de daños en nuestro organismo.

Así, aunque los desafíos son enormes y el camino está lleno de incógnitas, el panorama que se dibuja es uno de esperanza, donde la longevidad y calidad de vida puedan alcanzar nuevas metas y transformar la forma en que concebimos el envejecimiento.