Ciencia

Cristina Dorador: "Crecí en el desierto de Atacama, donde la vida encuentra formas asombrosas de sobrevivir"

2024-09-22

Todo comienza y termina en el desierto de Atacama, un lugar que representa no solo la vida microbiana en uno de los espacios más áridos del planeta, sino que también refleja la historia económica y social de Chile. Cristina Dorador, bióloga de 44 años, ha dedicado su vida a investigar estas complejas interacciones, y su primer libro, "Amor microbiano", publicado por Editorial Planeta,ave en él una nueva y fascinante perspectiva sobre nuestra conexión con el mundo que nos rodea.

En una entrevista exclusiva, Cristina destaca la vital importancia del desierto y se adentra en los desafíos que enfrenta la conservación de sus ecosistemas, así como el papel crucial de la ciencia en la toma de decisiones políticas. "La historia de Chile no sería la misma sin el desierto de Atacama y el salar de Atacama. Minerales como el nitrato, cobre y litio han sido fundamentales en nuestro desarrollo económico. Las aguas, ya sean mezcladas con suelo o roca, continúan siendo exportadas hacia el horizonte", expresa.

Cristina recuerda cómo crecer en el desierto moldeó su visión del mundo: "El desierto me enseñó que somos parte integral de la naturaleza. Aprendí a apreciar la resiliencia de las formas de vida que adaptan y florecen en condiciones extremas. Esta perspectiva ha guiado mi enfoque como científica, donde ahora investigo las sorprendentes capacidades de los microbios en ambientes que muchos consideran inhóspitos".

La experta también critica cómo, desde el centro del país, se percibe a la región norte principalmente como una fuente de recursos económicos, ignorando su rica diversidad cultural, histórica y ecológica.

Refiriéndose a los recientes problemas ambientales, Cristina señala: "La explotación del litio ha evolucionado de manera compleja en los últimos años. En 2011, vi un intento de explotación masiva de salares que fue detenido por problemas de corrupción. Desde entonces, siempre me he preguntado: ¿cuál es el límite de esta explotación?". Las evidencias científicas sobre los daños que la industria puede causar a ecosistemas delicados son irrefutables.

Sin embargo, ella ha notado progresos, como la Estrategia Nacional del Litio que busca proteger el 30% de los salares, un avance significativo. Sin embargo, aún queda mucho por hacer. "Debemos animarnos a estudiar y proteger adecuadamente estos ecosistemas. Es una cuestión que involucra a las comunidades indígenas y presenta retos económicos importantes".

Cristina también destaca que a pesar de los avances, aún estamos lejos de ser una sociedad que basa sus decisiones políticas en la ciencia. "Desde que Chile recuperó la democracia, no hemos hecho un esfuerzo sostenido por convertirnos en una sociedad del conocimiento. Necesitamos invertir más en investigación y desarrollo; nuestro 0,39% del PIB sigue siendo insuficiente, comparado con otros países de la OCDE".

Sobre el proceso constituyente reciente, Cristina lo ve como un "sueño colectivo". Aunque no se logró lo que muchos esperaban, ella subraya que la necesidad de considerar a la naturaleza como sujeto de derechos sigue siendo relevante. La ciencia, según ella, debe ser el pilar en la formulación de políticas públicas.

El desierto de Atacama no es solo un laboratorio natural, sino también un testimonio de la historia humana en la zona, que alberga las huellas de culturas ancestrales. Este ambiente único, afectado por la crisis climática, debería ser objeto de estudio y admiración global. Sin embargo, Cristina advierte sobre las amenazas: "La explotación no controlada y el turismo mal regulado son peligros que no podemos ignorar. Es imperativo establecer áreas protegidas para conservar este invaluable recurso".

Este desierto es un cofre del conocimiento sobre la resiliencia de la vida, que necesita ser explorado y preservado para las futuras generaciones. La conservación del desierto de Atacama no solo es un imperativo para Chile, sino para toda la humanidad, una tarea a la que Cristina Dorador se dedica con pasión y compromiso.