Anamaría ha sido paciente del Hospital San José en Independencia desde 2011. Con un diagnóstico de artritis reumatoide, fibrosis y enfisema pulmonar, ha visto cómo su salud se deteriora, mientras las listas de espera se alargan sin compasión. Después de más de una década de esperar, fue derivada al Hospital del Tórax, donde aún no recibe el tratamiento adecuado. “Me siento como un número más. Debo esperar a que ellos avancen en las listas, y a veces ni siquiera llaman”, comparte con la resignación de tantas personas en su situación.

Los datos son alarmantes: en Chile, las listas de espera han alcanzado cifras récord, con casi 3 millones de pacientes esperando atención médica, de los cuales el 87,5% requiere consultas con especialistas. La situación es aún más preocupante en el Servicio de Salud Metropolitano Norte, que acumula serias demoras.

El informe de la Subsecretaría de Redes Asistenciales revela que este año han fallecido 17,022 personas mientras aguardaban atención, siendo la mayoría de ellos adultos mayores. El impacto de estas estadísticas es devastador; para muchas familias, la frase "esperando por atención" se ha convertido en sinónimo de "esperando por un milagro".

Anamaría también explica que las consultas con broncopulmonares son ligeramente más rápidas en comparación con el tiempo que le toma conseguir atención con reumatólogos, lo que la deja atrapada en un ciclo de incertidumbre y deterioro. Tuvo que soportar efectos adversos de medicamentos, y lo que debería ser una atención integral se ha convertido en un juego de adivinanzas por la falta de comunicación entre especialistas.

A nivel nacional, los retrasos en las garantías de oportunidad han aumentado un 11,1% en los últimos cinco años, afectando gravemente el acceso a salud adecuada. En algunos sectores, como O'Higgins, Maule y Araucanía Sur, los números son aún más desalentadores, mostrando que 24 de los 29 Servicios de Salud han empeorado sus cifras de atención.

Arturo Matamala, otro paciente afectado, ha estado esperando casi dos años por la atención de un cardiólogo. A sus 75 años, su calidad de vida se ve severamente afectada, y la frustración se vuelve insostenible. "Tener que mendigar atención médica es inaceptable, especialmente a mi edad y con mis problemas de salud".

La misma historia se repite para más de 365 mil personas que necesitan operaciones médicas, con una gran proporción de ellas mujeres. En O'Higgins, 35,008 intervenciones quirúrgicas están en espera, exigiendo a los servicios de salud hacer frente a una crisis que parece inabarcable.

A su vez, el impacto no se limita a los adultos mayores. Los niños en residencias del Estado también sufren. En total, 1,603 casos de atención No GES están en la lista de espera, lo que revela la larga sombra que proyecta la ineficiencia del sistema.

La ministra de Salud reconoce las falencias, pero los esfuerzos parecen insuficientes frente a la creciente necesidad. Aunque se han dado pasos hacia la mejora, la realidad es que los plazos para diagnósticos y tratamientos se extienden un promedio de más de 90 días. Las mujeres con cáncer de mama, por ejemplo, esperan un promedio de 94,1 días.

Mientras tanto, la presión aumenta sobre el gobierno, que se enfrenta a críticas por su gestión de la crisis sanitaria. El Colegio Médico ha levantado la voz, indicando que "los hospitales agonizan", exigiendo recursos y cambios en un sistema ágil y humano. En resumen, la salud en Chile no solo está en crisis, está al borde del colapso.