Después de casi una semana de un alto el fuego en Gaza, los bombardeos israelíes se han detenido, aunque los ataques con tanques por parte del ejército israelí continúan, bajo el pretexto de hacer frente a 'potenciales amenazas'. Este escenario pone de relieve la vulnerabilidad del acuerdo firmado entre el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y Hamás.

La tregua, que comenzó a regir el 19 de enero, ha sido marcada por la muerte de al menos 8 gazatíes a causa de los ataques israelíes dentro del enclave palestino. El director del Observatorio de Asuntos Internacionales de la Universidad Finis Terrae, Alberto Rojas, señala que "desde un comienzo, este acuerdo de alto al fuego ha sido particularmente frágil". Asegura que el camino hacia este acuerdo fue arduo, con el involucramiento efectivo de Estados Unidos, Qatar y Egipto, quienes trabajaron arduamente para conciliar los intereses de ambos bandos.

Rojas advierte que situaciones como estas, donde los combates pueden reavivarse por diferentes razones, son de esperar en este contexto de tensión. Aunque las fuerzas israelíes aún están activas en Gaza, el académico sostiene que "en cierta forma, se podría decir que Israel ha transgredido el acuerdo". Sin embargo, Israel ha dejado claro que se reserva el derecho de llevar a cabo operaciones militares si percibe amenazas potenciales.

La posibilidad de que Hamás responda a estos ataques israelíes es considerada baja, dado que el grupo se encuentra en una postura de debilidad tras meses de enfrentamientos. De acuerdo con analistas, la única herramienta que tiene Hamás para intentar frenar el avance israelí es mediante un intercambio de prisioneros.

Es crucial recordar que el proceso de alto al fuego es extremadamente delicado. Consta de tres etapas, siendo la primera de seis semanas, con dos etapas posteriores. Rojas enfatiza que el futuro de Gaza sigue siendo incierto ya que Israel no desea que Hamás retome el control de la región, dejando un gran interrogante sobre quién gobernará en los próximos meses.

El embajador israelí en Chile, Gil Artzyeli, enfatiza que el acuerdo busca liberar a los secuestrados –civiles, bebés y adultos mayores– a cambio de la liberación de “terroristas” por parte de Hamás. Tal afirmación ha generado críticas, pues hay quienes cuestionan la lógica de liberar un número significativo de detenidos por cada civil a cambio.

A pesar de la situación actual, Artzyeli reafirma que Israel está comprometido con el cese de hostilidades, pero que este compromiso será respetado mientras no existan amenazas. La incertidumbre persiste y la pregunta que ronda es: ¿se mantendrá la paz en esta región devastada o estamos a las puertas de otro estallido de violencia? La comunidad internacional observa atentamente.