
Cómo la medicina ha engañado a las mujeres sobre su salud
2025-03-07
Autor: Benjamín
Los cuerpos de las mujeres han sido objeto de estudio y juicio por parte de una medicina históricamente dominada por hombres. Desde el saco de Douglas hasta las trompas de Falopio, la nomenclatura anatómica femenina ha sido marcada por nombres masculinos. Esto no es solo un hecho curioso; evidencia la desigualdad y la falta de reconocimiento hacia el cuerpo femenino en el ámbito médico.
A lo largo de la historia, numerosos mitos han surgido de estas percepciones distorsionadas, llevando a erróneas conclusiones que han afectado la salud de millones de mujeres. A continuación, exploraremos algunas de las mentiras más persistentes que han marcado la medicina sobre el cuerpo de las mujeres.
Mentira número uno: la inteligencia femenina es menor por el tamaño de su cerebro
En el siglo XIX, Pierre Paul Broca, un neurólogo de renombre, realizó estudios que concluyeron que el cerebro femenino era más pequeño que el masculino, un hallazgo que fue utilizado para justificar la supuesta inferioridad intelectual de las mujeres. Si bien es cierto que existe una diferencia en el tamaño promedio del cerebro, esto no tiene relación directa con la capacidad cognitiva. El ejemplo del cerebro de una ballena, que es considerablemente más grande que el de un humano, demuestra que el tamaño no es un indicador de inteligencia.
Mentira número dos: la histeria es una enfermedad exclusivamente femenina
Históricamente, la histeria fue considerada un trastorno asociado únicamente a mujeres, diagnosticado con frecuencia por síntomas vagos y ambiguos que eran malinterpretados. A esta diagnosis se le atribuyeron a menudo orígenes en el útero, reforzando así ideas erróneas sobre la psicología femenina. Aunque la clasificación de la histeria ha sido eliminada de los manuales de diagnóstico, su legado persiste en la forma en que a menudo se trivializan las experiencias de las mujeres en el entorno médico.
Mentira número tres: la menstruación es solo un proceso de sangrado mensual
El entendimiento de la menstruación ha sido incompleto y frecuentemente desestimado. Investigaciones recientes han revelado que las fluctuaciones hormonales durante el ciclo menstrual afectan no solo el cuerpo, sino también la estructura cerebral de las mujeres. Por ejemplo, se ha descubierto que los cambios hormonales tienen un impacto significativo en la materia blanca del cerebro, mejorando la conectividad neuronal durante ciertas fases del ciclo.
Mentira número cuatro: las mujeres exageran el dolor
Una de las falacias más dañinas ha sido la desestimación del dolor femenino. Estudios han demostrado que los síntomas, como los típicos sofocos de la menopausia, pueden estar relacionados con un mayor riesgo cardiovascular. Sin embargo, a menudo son considerados como meros “caprichos”, sin el debido reconocimiento de su seriedad. Esta minimización del malestar femenino se traduce en diagnósticos tardíos y en un manejo inadecuado del dolor.
Mentira número cinco: el TDAH afecta menos a las mujeres
Durante mucho tiempo se pensó que el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) era predominantemente masculino. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que las mujeres son frecuentemente diagnosticadas más tarde en la vida, lo que indica que el número de casos en la población femenina podría ser significativamente mayor de lo que se ha reconocido. Muchas mujeres pueden presentar síntomas más sutiles, que a menudo se confunden con problemas emocionales o de ansiedad, en lugar de ser adecuadamente identificados como TDAH.
Además, esta visión sesgada en la investigación médica ha llevado a que muchas áreas de estudio ignoren por completo a las mujeres. A pesar de sus necesidades únicas, las mujeres son a menudo un punto ciego en los estudios clínicos y los ensayos de medicamentos. Esta omisión puede tener consecuencias fatales en la salud pública, como se evidenció durante la pandemia de COVID-19, donde las mujeres enfrentaron resultados diferentes y, a menudo, peores que los hombres en muchas enfermedades.
Es crucial que la comunidad médica y científica desafíe estos mitos y prejuicios, y que se fomente una mejor comprensión del cuerpo femenino en todos los niveles de la investigación médica. Al hacerlo, no solo se honrará la salud de las mujeres, sino que se promoverá una medicina más inclusiva y efectiva para todos.