Introducción

Claudia Viviana Vera Castro (42 años) vivió un calvario de violencia en su matrimonio con Miguel Fernando Aloise (52 años). Durante 20 años, fue víctima de agresiones físicas y psicológicas. Él, con un peso de 130 kilos y una afición al boxeo, la sometía a humillaciones y maltratos constantes, creando un ambiente de terror que, lamentablemente, culminó en una tragedia.

El incidente fatal

La noche del 26 de junio de 2014, tras una discusión por una comida fría, Claudia, que ya había denunciado a su esposo en varias ocasiones, sintió que su vida estaba en peligro. "Vi la cara de él y pensé que me quería matar", recordó. En un acto de desesperación, sacó un cuchillo y lo apuñaló en el corazón, sin querer que la sangre fluyera.

Arresto y sufrimiento

Luego del incidente, Claudia fue arrestada y su vida se convirtió en un constante sufrimiento. Pasó casi seis meses en prisión y su causa fue catalogada como "homicidio calificado por el vínculo", lo que implicaba que podría enfrentar una condena de hasta 25 años. Sin embargo, la situación comenzó a cambiar con el avance del tiempo y el movimiento #NiUnaMenos, que tomó fuerza en Argentina, y que denunció la violencia de género que muchas mujeres enfrentan a diario.

Movimiento de apoyo

Se formó un poderoso movimiento social en apoyo a Claudia, donde su abogada, Carolina Jacky, apeló a favor de la defensa propia, argumentando que Claudia era una víctima del sistema patriarcal que perpetuaba la violencia. La abogada subrayó que Argentina había firmado varios tratados internacionales para proteger los derechos de las mujeres, lo que reforzó su defensa.

La batalla judicial

El camino de Claudia hacia la justicia estuvo marcado por cambios de jueces y fiscales, así como nuevas estrategias legales que ayudaron a dilatar el proceso. Durante esta larga batalla, que se extendió por más de una década, Claudia recibió apoyo de su comunidad, amigos y familiares, que organizaron marchas para solicitar su libertad.

Veredicto final

Finalmente, en diciembre de 2024, el juez Mauro Perassi decidió sobreseer a Claudia, reconociendo que actuó en defensa propia y que no había habido delito. Este fallo no solo limpió su nombre, sino que también sirvió como un mensaje clave sobre la importancia de reconocer la violencia que enfrentan muchas mujeres en el contexto de sus relaciones.

Conclusiones

En palabras de su abogada, el veredicto "es un rayo de esperanza en el sistema judicial", afirmando que esto no solo era un triunfo para Claudia, sino también un paso hacia un cambio cultural que necesita eliminar la violencia de género en la sociedad argentina. La historia de Claudia Vera es un testimonio de la lucha contra la violencia y nos recuerda que la justicia debe prevalecer, aunque a veces, el camino sea largo y doloroso.