En los últimos años, los hospitales privados han visto un alarmante aumento en procedimientos quirúrgicos que podrían haberse evitado, lo cual plantea serias dudas sobre la ética médica y la confianza del paciente en el sistema de salud. Una de las preguntas más comunes al ingresar a urgencias es si el paciente cuenta con Seguro de Gastos Médicos Mayores (SGMM), lo que puede influir en diagnósticos y tratamientos cuestionables.

Una oftalmóloga, que prefiere mantenerse en el anonimato, compartió su experiencia en la Torre Médica donde labora. Esta institución obliga a sus médicos a obtener un mínimo de referencias de pacientes al hospital adjunto, bajo la amenaza de perder su consultorio. Esta presión institucional crea conflictos de interés que comprometen la atención centrada en el paciente y pone en riesgo su salud.

¡Un caso impactante!

El año pasado, mi esposa vivió esta aterradora experiencia. Después de sufrir un dolor en el pecho al ver una película, acudimos a urgencias en un hospital cercano. A pesar de que sus síntomas no sugerían apendicitis, el cirujano de guardia, Ernesto G., insistió en realizar una cirugía inmediata. Con reservas, aceptamos, pero los síntomas continuaron. Días después, propuso otra operación por un supuesto problema en la vesícula biliar. A pesar de que un gastroenterólogo recomendó esperar, se realizó la segunda cirugía, con consecuencias graves: complicaciones anestésicas pusieron su vida en peligro. Finalmente, una laparoscopia reveló que su dolor era causado por úlceras gástricas, que se podían tratar sin cirugía.

El costo total de esta experiencia superó los 300 mil pesos, y la respuesta del cirujano fue indignante: “No vayan a pensar que solo quería pagar mis tarjetas de crédito”. ¿Es esto lo que realmente queremos de nuestro sistema de salud?

Los factores detrás del problema

La falta de regulación efectiva y los incentivos económicos para realizar más cirugías alimentan esta problemática. Aunque las aseguradoras llevan a cabo auditorías, muchas veces no detectan estas irregularidades a tiempo. Adicionalmente, existen redes corruptas entre médicos, hospitales y laboratorios que inflan diagnósticos y procedimientos.

Entre las cirugías innecesarias más frecuentes se encuentran intervenciones por hernias, problemas ortopédicos menores y lesiones crónicas que podrían resolverse con tratamientos conservadores. Esto no solo mina la confianza del paciente, sino que también agrava su situación financiera y emocional.

Riesgos a considerar

Someterse a una cirugía injustificada no solo implica serios riesgos médicos, sino también un estrés emocional considerable y gastos económicos que afectan a la familia. A pesar de contar con SGMM, los costos de deducibles y coaseguro pueden resultar una carga financiera abrumadora. Además, los tiempos de recuperación impactan en la vida laboral del paciente, generando pérdidas económicas aún mayores.

¿Qué cambios son urgentes?

Es imperativo que las autoridades sanitarias y las aseguradoras fortalezcan las medidas para combatir estas prácticas. Las auditorías médicas necesitan ser más rigurosas, y las decisiones quirúrgicas deben basarse en evidencia transparente y verificada. Igualmente, los pacientes deben exigir segundas opiniones antes de someterse a procedimientos quirúrgicos.

La medicina debería ser un compromiso con principios éticos, donde el bienestar del paciente prevalezca sobre cualquier incentivo económico. Nuestra salud no debe ser un negocio; es una responsabilidad humana y profesional que todos debemos cuidar.

¡No te dejes engañar!

Asegúrate de informarte sobre tus derechos como paciente y busca atención en instituciones que prioricen tu salud por encima de sus intereses económicos.