Un fuerte golpe para el régimen de Nicolás Maduro: catorce países de la Organización de Estados Americanos (OEA) han rechazado la reciente juramentación de Maduro como presidente de Venezuela, en medio de serias acusaciones de fraude electoral. Esta decisión fue anunciada el pasado jueves (16.01.2025) por la cancillería ecuatoriana, dejando claro que la comunidad internacional no se quedará de brazos cruzados.

Los países que han unido sus voces son Argentina, Canadá, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Jamaica, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay. En una fuerte declaración conjunta, expresaron su repudio a la investidura de Maduro, exigiendo el respeto absoluto a los derechos humanos y las libertades fundamentales en el país caribeño.

El grupo de naciones describió el acto de investidura presidencial de Nicolás Maduro del 10 de enero de 2025 como "carente de legitimidad democrática y de pruebas verificables de integridad electoral". Esta afirmación resuena profundamente en un contexto donde las instituciones democráticas en Venezuela continúan en crisis.

En su declaración, demandaron al "régimen dictatorial venezolano" que restablezca el orden democrático, reclamando una transición pacífica que refleje la voluntad del pueblo, que, según los opositores, se manifestó claramente en las recientes elecciones presidenciales. Edmundo González Urrutia, el candidato opositor que se encuentra en el exilio, afirma haber ganado las elecciones con un sorprendente 70% del electorado, aunque el Consejo Nacional Electoral de Venezuela proclama a Maduro como ganador con un 52%. Sin embargo, aún no se ha proporcionado el escrutinio detallado, requisito legal que levantó más dudas sobre la transparencia del proceso.

Además, los países de la OEA demandaron la liberación de todas las personas detenidas arbitrariamente, un tema alarmante en el sistema carcelario del país, donde se reportan miles de arrestos políticos. La comunidad internacional observa de cerca estos eventos, impulsando la esperanza de que Venezuela pueda regresar a una senda democrática.

La situación en Venezuela no solo es un tema de preocupación regional, sino que también es un asunto que afecta a toda América Latina. Las elecciones futuras y el respeto a los derechos humanos serán claves en el desenlace de esta crisis. La presión internacional podría ser un factor determinante en la lucha por la democracia en el país.