El Reinado de Viña 2025 ha generado una controversia sin precedentes, impulsada por miles de denuncias al Consejo Nacional de Televisión (CNTV). En este certamen, Emilia Dides, quien fue coronada Miss Universo Chile, venció a la favorita de Canal 13, Faloon Larraguibel, en una votación extremadamente reñida, donde el triunfo fue decidido por sólo un voto.

Después de la votación inicial, los votos del público y de la prensa acreditada fueron considerados, ratificando así la victoria de Dides, que no estuvo exenta de polémica. Un incidente notable ocurrió cuando un periodista introdujo un voto erróneo en una urna equivocada. Este voto no válido se convirtió en el tema central de discusión, cuestionando la legitimidad del concurso.

El programa de televisión "Hay que decirlo" de Canal 13 no tardó en manifestar su desacuerdo con el resultado, exigiendo un nuevo conteo y declarando tener a su propia ganadora, lo que provocó que realizaran una celebración similar a la de la coronación de la Reina oficial poco después del evento.

Esta serie de acciones generó una ola de indignación entre los televidentes, quienes se sintieron ultrajados por lo que consideraron un ataque mediático a la figura de Dides. Desde el 27 de febrero, el CNTV ha recibido más de 7,000 denuncias, de las cuales 7,121 han sido procesadas. Los telespectadores han indicado que el programa promovió "denigración, bullying, maltrato y hostigamiento" hacia la reina, incluyendo comentarios hirientes y burlas, tales como: "¿Qué ha hecho ella? ¡Nada!" o insinuaciones de que "nuestra verdadera reina de Viña es Faloon Larraguibel".

Las críticas no solo se limitaron a comentarios de los presentadores del programa, sino que también incluyeron una campaña de desprestigio en redes sociales que ha contribuido a un ambiente hostil y divisivo. Curiosamente, el programa acumuló otras 290 denuncias debido a su emisión del 28 de febrero, en la que continuaron los ataques a Dides con comentarios denigrantes que cuestionaban la legitimidad de su victoria.

El clamor por un tratamiento justo y respetuoso en la televisión ha resonado en toda la nación, y muchos se han preguntado si los estándares de ética y respeto han sido sacrificados en el altar del entretenimiento. Este caso ha abierto un debate sobre la responsabilidad de los medios en el manejo de figuras públicas y la importancia de proteger a las personas de la violencia verbal y psicológica. La comunidad espera que el CNTV actúe decididamente para abordar esta creciente preocupación sobre el contenido presentado en la televisión chilena.