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¡Borscht desde el cielo! Ucrania utiliza drones para abastecer a sus tropas en las trincheras

2025-09-02

Autor: Martina

En un oscuro rincón de Ucrania Oriental, las tropas se agrupan alrededor de un dron, cada uno ajustando con cuidado una carga de 18 kilos antes de lanzarlo al cielo despejado de agosto. Desde una base subterránea, un comandante llamado Viktor observa cómo el dron avanza hacia una zona del frente, donde incendiarias de guerra han dejado huella, y sueltan su valiosa carga.

Contra la amenaza constante de los drones rusos, este no es un ataque convencional. En lugar de ataques letales, las unidades de drones ucranianos están entregando alimentos y agua a sus soldados, quienes podrían quedar atrapados sin suministro vital durante semanas. Vivir en estas condiciones recuerda las penurias de la Primera Guerra Mundial, con soldados armados solo con rifles, granadas y ametralladoras.

Para mantener esa línea de defensa, Ucrania ha implementado drones para hacer entregas de suministros esenciales, desde municiones hasta platos tradicionales como borscht y pollo asado. Esta estrategia no solo asegura la supervivencia de sus tropas restantes, sino que también desafía el avance ruso en un conflicto que ha escalado más que nunca, incluso en medio de intentos de negociaciones.

Las tropas, a menudo invisibles a unos pocos cientos de metros de las fuerzas rusas, luchan por resistir y sobrevivir. Cada entrega de suministros presenta un riesgo nuevo, ya que podría revelar posiciones ucranianas y resultar en contraataques.

En una casa de pueblo alejada del frente, miembros de la 68.ª Brigada preparan paquetes, envueltos con cinta adhesiva y plástico para proteger el contenido en el descenso. Estos paquetes viajan a poco más de un kilómetro y medio hasta el frente, donde se cargan en drones previamente pensados para la agricultura, pero ahora se adaptan a la nueva realidad bélica.

Mykhailo, un soldado de 34 años, acaba de regresar de un mes de arduo sacrificio. Sus recursos son escasos y limitados, pero sostiene una esperanza: "No llevamos mucho porque los chicos nos dejarán comida más tarde".

Aun en posiciones fortificadas, la vida es un desafío. La higiene es precaria, y los soldados deben improvisar soluciones para sobrevivir. La comunicación se realiza mediante radios, y el tiempo transcurre lentamente mientras esperan su transitorio alivio.

Tony, de 41 años y un ex panadero, celebra su cumpleaños en medio de esta intensa guerra. Con un anhelo de algo dulce entre sus provisiones, recibe una inesperada lluvia de barras de Snickers que caen desde el cielo, su pequeño regalo de la vida en medio del caos.

Mientras Ucrania enfrenta una lucha que podría definir el futuro del país, las entregas de drones destacan no solo por su ingenio logístico, sino por la resiliencia de unos hombres que continúan luchando, no solo por su tierra, sino por sus familias anheladas y los momentos de felicidad que aún son posibles.