En una reciente visita a la región del Bío Bío, el presidente Gabriel Boric abordó de manera contundente el cierre de la Compañía Siderúrgica Huachipato, un hito devastador para la economía local y un golpe al empleo en la zona. Durante su discurso, Boric se refirió al Plan de Fortalecimiento Industrial implementado en el área, una respuesta a la crisis, criticando abiertamente la falta de financiamiento para esta iniciativa.

La problemática se intensificó con el anuncio del cierre de Huachipato, donde la dirección de la empresa admitió que no se lograron reducir los aranceles al acero importado de China, lo que mantuvo los precios de la competencia a la baja. “Esto hizo inviable las operaciones de una siderúrgica que es fundamental para el ecosistema industrial no solo del Gran Concepción, sino de toda la región del Bío Bío”, comentó Boric.

El presidente no escatimó críticas hacia el sector privado, especialmente hacia los ejecutivos de Huachipato, señalando que su incapacidad para llegar a un acuerdo con Molycop fue determinante para el cierre. “Es evidente que esta situación refleja una irresponsabilidad del mundo privado. Debo decirlo con claridad”, enfatizó.

Asimismo, el gobernador regional, Sergio Giacaman, coincidió con Boric en la necesidad de priorizar proyectos para revitalizar la región, instando al mandatario a actuar con urgencia, similar a la respuesta del ex presidente Sebastián Piñera tras el devastador terremoto de 2010.

En medio de la crisis, lo que muchos se preguntan es: ¿qué futuro le espera a la clase trabajadora del Bío Bío? ¿Y cuáles serán las medidas concretas que tomará el gobierno para no permitir que el cierre de Huachipato sea el fin de la industria en la región?

Durante su visita, Boric también inauguró obras del nuevo Puente Industrial, que se espera esté listo en junio con un avance del 83%, un proyecto que representa una pequeña luz en la situación actual. La comunidad espera que estos esfuerzos permitan empezar a revertir una tendencia negativa en la industria chilena en las últimas décadas.

La situación en Huachipato es un recordatorio urgente de que la colaboración entre el gobierno y el sector privado es crucial para garantizar el bienestar de trabajadores y sus familias, especialmente en tiempos de crisis.