El presidente de Chile, Gabriel Boric, realizó una contundente intervención en la Asamblea General de las Naciones Unidas, destacando la difícil situación que enfrenta Palestina y los constantes atropellos a los Derechos Humanos en la región. Durante su discurso, Boric expresó: “Me niego a elegir entre el terrorismo de Hamás y la masacre y la conducta genocida del Israel de Netanyahu. No tenemos por qué elegir entre barbaries. Yo elijo la humanidad.”

Boric hizo un llamado urgente a Israel para que respete el derecho internacional. Insistió en la necesidad de detener la expansión de asentamientos ilegales en territorios palestinos y poner fin a la masacre en Gaza, así como a los ataques indiscriminados sobre la población civil. La postura del presidente chileno es un claro reflejo de un compromiso con la defensa de los Derechos Humanos en un momento en que el mundo observa con preocupación los conflictos que sacuden a la región.

“Desde Chile, nos rebelamos contra el doble estándar en materia de Derechos Humanos. Digo fuerte y claro que estos deben ser respetados siempre y en todo lugar, sin importar el color político del dictador o presidente de turno que los vulnere,” enfatizó Boric, destacando su posición firme ante las violaciones de derechos, independientemente de la nacionalidad del infractor.

Previo a su intervención en la ONU, Boric participó en el evento “En defensa de la democracia, lucha contra el extremismo”, que fue organizado por los mandatarios de Brasil y España, Luiz Inácio Lula da Silva y Pedro Sánchez. En este contexto, Boric instó a la izquierda a adoptar una posición unificada frente a los conflictos que asolan al mundo.

El presidente reafirmó que la violación de los derechos humanos no puede ser medida de manera diferente dependiendo de quién sea el líder en cuestión, mencionando a figuras políticas como Benjamín Netanyahu en Israel y Nicolás Maduro en Venezuela, entre otros.

La audaz postura de Boric en la ONU ha llamado la atención internacional y ha generado un intenso debate sobre el futuro de la política global en torno a los Derechos Humanos y el conflicto israelí-palestino. Su discurso resonó en tiempos de creciente polarización, llevando un mensaje claro sobre la importancia de la justicia y la dignidad humana en todos los rincones del mundo.