Desde la Región de Magallanes, el Presidente Gabriel Boric abordó la controvertida situación en torno a la fallida compra de parte del Gobierno de la emblemática casa del ex presidente Salvador Allende, que se encuentra actualmente en manos de sus herederos, entre ellos la ministra de Defensa, Maya Fernández.

Tras una ola de críticas y una creciente presión política, el gobierno decidió dar marcha atrás y anunció que no se llevaría a cabo la compra. “Debido a la actual estructura de copropiedad de la comunidad de herederos del ex presidente Allende, se ha determinado que no es posible concretar la adquisición de la residencia del exmandatario”, declaró Boric.

El Presidente también salió en defensa de su administración, afirmando: “Nadie está buscando hacer ningún tipo de negocio ni enriquecerse a costa del Estado”. Boric argumentó que “al detectarse una incompatibilidad con respecto a la estructura de propiedad de esa vivienda en particular, se decidió detener la compra hasta que dicho problema sea resuelto.”

“No hay lugar para cuestionamientos sobre la integridad de la familia Allende, pues las instituciones en Chile funcionan”, añadió el Mandatario. “Si este inconveniente no se soluciona, la compra no se realizará bajo ninguna circunstancia”, enfatizó.

Por su parte, la ministra de Defensa, Maya Fernández, también se pronunció sobre la polémica, subrayando que “no queremos nada que vaya contra la ley.” La ministra explicó que se está llevando a cabo un examen del proceso por parte del Ministerio de Bienes Nacionales, donde se evaluarán todos los requisitos legales pertinentes que deben cumplirse.

Fernández aclaró que la casa no es únicamente de su propiedad, ya que pertenece a una asociación familiar: “Desgraciadamente, mi madre falleció, y me hubiera gustado que estuviera viva. En ese sentido, ese sexto era de mi madre”, explicó entre lágrimas.

Esta controversia ha suscitado un debate más amplio en la sociedad chilena sobre la importancia de preservar el patrimonio histórico y cultural del país. La casa de Allende no solo es un símbolo de la historia política de Chile, sino que también es un espacio de memoria que representa la lucha democrática del pueblo chileno. Mientras se espera que se resuelva la situación legal de la propiedad, los partidarios de Allende continúan exigiendo que se respete su legado.