Este domingo, la Resistencia Islámica en Irak, una notable milicia proiraní, ha llevado la situación en Medio Oriente al límite al anunciar un nuevo ataque con drones contra Israel. Este es el quinto ataque atribuido a estas facciones armadas en un solo día, reflejando una escalada alarmante en las tensiones de la región.

En un comunicado, los miembros de la Resistencia Islámica aseguraron haber atacado un 'objetivo' no especificado en el Valle de Jordán utilizando un dron suicida de tipo Al Arfad. Este vehículo aéreo no tripulado ha sido utilizado en numerosas ocasiones por las milicias contra posiciones estadounidenses en Irak y es similar a los que suelen usar los rebeldes hutíes en Yemen.

El ataque, según la Resistencia Islámica, fue en apoyo a la causa palestina y una represalia a las recientes “masacres” que la entidad sionista (Israel) habría llevado a cabo en la Franja de Gaza y Líbano, donde estas milicias están aliadas con Hezbollah, un grupo considerado terrorista por muchos países.

Por otro lado, el Ejército israelí informó que se detectó el dron lanzado desde Irak, que cruzó Siria antes de intentar ingresar a su territorio. Las baterías antiaéreas israelíes repelieron el ataque, afirmando que no se reportaron heridos y que la situación ya estaba 'controlada'.

Este ataque ocurre en un contexto de repetidos asaltos por parte de la Resistencia Islámica, que ya había anunciado previamente el envío de drones y misiles hacia el norte y sur de Israel. Las fuerzas israelíes aseguraron haber interceptado con éxito esos proyectiles, evitando así potenciales bajas.

La Resistencia Islámica es un integrante crucial del llamado Eje de la Resistencia, que incluye a Hezbollah, los hutíes del Yemen y Hamas, y que opera bajo la influencia directa del régimen iraní.

Desde el comienzo del conflicto en Gaza en octubre pasado, las milicias iraquíes han reivindicado múltiples ataques no solo contra Israel, sino también contra bases militares estadounidenses en Irak y Siria.

Esta oleada de agresiones se produce en medio de un repunte de violencia, que incluye explosiones de dispositivos en el Líbano, atribuidas a Hezbollah, así como bombardeos israelíes en las cercanías de Beirut, que resultaron en la muerte de varios altos mandos del grupo.

Hezbollah, al abrir un nuevo frente contra Israel, ha declarado su intención de apoyar a Hamas y reivindicar la seguridad de sus propios ciudadanos. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió que su país no tolerará más ataques contra sus poblaciones. En sus palabras: “Estamos decididos a garantizar que los habitantes del norte puedan volver a sus casas de forma segura.”

La situación se vuelve cada vez más tensa, y el ejército israelí ha intensificado sus operaciones, bombardeando posiciones de Hezbollah en respuesta a los ataques con cohetes que llegan a suburbios como Haifa, lo que ha llevado a cientos de miles de personas a refugiarse.

El número dos de Hezbollah, Naim Qasem, ha denominado esto como el inicio de una 'nueva fase' en el conflicto, aludiendo a 'ajustes de cuentas' inminentes. “Las amenazas no nos detendrán: estamos preparados para todos los escenarios militares”, declaró tras el funeral de uno de sus altos mandos, muerto por un ataque israelí.

Este conflicto no parece tener fin a la vista, y el mundo observa preocupado cómo se desarrolla la situación en esta región clave, que ha conocido demasiadas décadas de violencia y sufrimiento.