La tensión se palpaba en el Estadio Nacional mientras transcurrían los primeros 30 minutos de un partido en el que la selección chilena mantenía control sobre Uruguay, tanto en juego como en el marcador. Pero fue en ese instante cuando Marcelo Bielsa, el icónico entrenador argentino, decidió hacerse notar.

Sentado casi todo el encuentro en un cooler, Bielsa finalmente se levantó, dejando en claro su frustración. Se dirigió a sus jugadores con una reprimenda por una pérdida de balón y no dudó en protestar al cuarto árbitro por un supuesto empujón de Paulo Díaz a Darwin Núñez.

Con gestos de incredulidad, se movió de un lado a otro, intentando hacer escuchar su voz en medio del rugido del campo. Sin embargo, su inquietud fue en vano y el juego continuó.

En ese momento, los escasos aficionados locales comenzaron a alentar: “¡Bielsa querido, los chilenos jamás te olvidarán!”, resonó en todo el estadio, creando un ambiente emotivo. El entrenador, que había guiado a la Roja en el Mundial de 2010, se sentó nuevamente, mirando al suelo, y poco después, agradeció con un gesto de su mano.

Como si se tratara de un homenaje, en la galería norte apareció un impresionante lienzo con el rostro de Bielsa y la conmovedora frase: “Tu legado vive en cada cancha.” La emoción se apoderó de todos mientras el técnico, a pesar de no estar en el campo de juego, robaba las miradas y los corazones en esta despedida de las Eliminatorias.