Con la caía del régimen de Bashar al Asad, surgieron numerosas preguntas acerca de su futuro y el impacto de su gobierno en Siria. Acusado de horrendos crímenes, incluyendo torturas sistemáticas y el uso de armas químicas contra su propia población, Asad podría enfrentar un juicio internacional que pondría de relieve la amarga historia del conflicto sirio.

Desde el inicio de la guerra civil, más de 15.000 personas habrían sido torturadas hasta la muerte, según la Red Siria para los Derechos Humanos (SNHR), que señala que cerca del 98% de estos casos son atribuibles a las fuerzas del régimen sirio. Las 150.000 detenciones arbitrarias registradas también muestran un patrón alarmante de abusos por parte de las autoridades.

Patrick Kroker, del European Center für Constitutional and Human Rights (ECCHR), destaca que es esencial investigar estos crímenes para cerrar un capítulo oscuro en la historia de Siria. Asimismo, plantea la pregunta: ¿será juzgado Bashar al Asad?

La Corte Penal Internacional (CPI) en La Haya es el primer organismo que se viene a la mente. Sin embargo, tanto Siria como Rusia no son signatarios de la CPI, lo que complica su juriscicción sobre el caso. Según el experto en derecho internacional Claus Kreß, aunque Rusia podría vetar cualquier intento de hacer un juicio en la CPI, un futuro gobierno sirio podría declarar su adhesión a la Corte y, potencialmente, aceptar su jurisdicción de manera retroactiva.

Mientras tanto, existen consideraciones sobre un posible proceso judicial dentro de Siria. El líder de Hayat Tahrir al-Scham (HTS), Abu Mohamed al Jolani, ha insinuado que elaborará una lista de antiguos oficiales que deben rendir cuentas. Esto abre interrogantes sobre la capacidad de las estructuras judiciales en Siria para manejar un juicio de tal magnitud.

Se prevé que la solución más viable sea un tribunal que combine componentes sirios e internacionales, dada la falta de jueces independientes en el país. Kroker subraya la importancia de manejar la vasta cantidad de pruebas con profesionalismo para evitar la destrucción de evidencias, así como asegurar que las fosas comunes sean tratadas adecuadamente desde una perspectiva jurídica.

En otros países como Alemania y Francia, se han llevado a cabo juicios relacionados con crímenes en Siria, incluyendo la condena de un coronel sirio a cadena perpetua en 2022 en Coblenza por crímenes de lesa humanidad. Además, un exjefe de prisión ha sido acusado en Estados Unidos por torturas.

Dada esta situación, los expertos abogan por una iniciativa internacional que prohíba a Siria permitir la entrada de especialistas en justicia, con el fin de asegurar que la verdad sobre los crímenes de Asad salga a la luz. La comunidad internacional observa con atención, esperando que los responsables enfrenten finalmente las consecuencias de sus actos.

¿Estamos a las puertas de un cambio significativo en la justicia siria? Solo el tiempo lo dirá.