El Gobierno de Australia ha tomado una drástica medida en respuesta a la creciente preocupación sobre la salud mental de los niños y adolescentes. Este jueves, el primer ministro, Anthony Albanese, anunció la propuesta de limitar el acceso a redes sociales como Instagram, TikTok y Facebook para aquellos menores de 16 años.

Albanese explicó que la decisión se produjo el lunes en el Consejo de Ministros, subrayando que los padres podrán argumentar a sus hijos que su acceso 'va contra la ley' una vez que esta propuesta sea aprobada, lo que se espera que ocurra en las próximas semanas. La ley entraría en vigor un año después de su aprobación.

“La prohibición es necesaria. Las redes sociales están perjudicando a nuestros hijos y voy a ponerle fin”, declaró Albanese, comparando esta medida con restricciones existentes, como la prohibición de venta de alcohol a menores. Sin embargo, se aclara que no habrá sanciones individuales para los menores o sus padres; serán las empresas de redes sociales las responsables de cumplir con esta normativa.

La Comisión Australiana de Seguridad Electrónica será la autoridad encargada de establecer regulaciones para que las plataformas digitales implementen 'medidas razonables' que restrinjan el acceso a los menores. Aunque plataformas como YouTube y X (anteriormente Twitter) estarán bajo el alcance de la ley, se prevén excepciones para las que se consideren 'de bajo riesgo'.

Este movimiento australiano resuena en un contexto global. España, por ejemplo, planea elevar la edad mínima para acceder a una red social de 14 a 16 años, mientras que en Puerto Rico, se estableció en 18 años. En Estados Unidos, el estado de Texas también fija la edad mínima en 18, mientras que Florida permite el acceso a partir de los 14.

Con el aumento del ciberacoso, la exposición a contenidos dañinos y el impacto negativo en la salud mental, estas legislaciones buscan proteger a los más jóvenes en un mundo cada vez más digital. ¿Es Australia una pionera en la lucha contra los efectos negativos de las redes sociales? La expectativa ahora está en cómo se implementarán estas regulaciones y los efectos que tendrán en la vida digital de las nuevas generaciones.