
Asistencia Sexual: ¿Derecho Fundamental o Nuevo Tipo de Prostitución?
2025-04-07
Autor: Camila
La discusión sobre la asistencia sexual para personas con discapacidad ha cobrado relevancia en los últimos años. Mientras que algunas personas consideran que este servicio es un derecho esencial para la dignidad humana, otros lo ven como una forma encubierta de prostitución.
Uno de los casos más notorios es el de Mark O’Brien, escritor y periodista, quien, a raíz de la polio, pasó gran parte de su vida en un ‘pulmón metálico’. O’Brien exploró su situación en su obra ‘Viendo a una sustituta sexual’, que más tarde inspiró la película ‘Seis sesiones de sexo’, donde un hombre con discapacidad busca perder su virginidad a los 38 años.
En países como España, la figura de los asistentes sexuales es motivo de controversia. Según Mon García, asistente sexual y pedagoga, estos profesionales ayudan a personas con discapacidad a acceder a su propio cuerpo a través de la masturbación, una práctica que muchos aún consideran tabú. La diferencia de opiniones es palpable; Erika Bastide, del movimiento feminista catalán, denuncia que esto constituye explotación y equipara el trabajo de los asistentes sexuales a la prostitución.
Pese a las críticas, algunos países han comenzado a regular la asistencia sexual. Dinamarca es uno de los pocos ejemplos, donde el trabajo sexual en general está legalizado. Sin embargo, en la mayoría de los lugares, como en España, esta práctica aún se enfrenta a estigmas y desinformación.
Testimonios Impactantes de Quienes Usan el Servicio
Antonio Centeno, un hombre de 54 años con tetraplejía desde los 13, comparte su experiencia con la asistencia sexual, que empezó a utilizar recientemente. Él es cofundador del portal www.asistenciasexual.org, que conecta a quienes buscan estos servicios. Este sistema no solo es reconocido en España, sino que ha ido ganando popularidad en otros países, como Chile.
Un dato revelador es que alrededor del 90% de los usuarios de estos servicios son hombres heterosexuales, mientras que muchas mujeres optan por recibir asistencia de otras mujeres para sentirse más seguras.
Ánxela López Leiceaga, una mujer de 48 años con parálisis cerebral, declara haber descubierto su clítoris a los 30 años y resalta que la asistencia sexual le ayudó a conocer su propio cuerpo en un mundo donde la educación sexual es prácticamente inexistente para personas con discapacidad.
La sexóloga Gemma Feulofeu advierte que la falta de educación sexual en este grupo vulnerable no solo les priva del placer, sino que las hace más propensas a abusos. En este contexto, Oriol Roqueta sostiene que el Estado debería financiar la asistencia sexual, ya que actualmente el acceso es limitado y desigual.
La Oposición Firme a la Asistencia Sexual
Sin embargo, hay un fuerte movimiento en contra de la asistencia sexual. Erika Bastide, del Movimiento Feminista Abolicionista en España, sostiene que no se debe poner en la misma categoría los derechos de las trabajadoras sexuales con el derecho a la asistencia. Según ella, existe un poder estructural que pone a las mujeres en una posición vulnerable frente a los hombres, quien puede acceder a sus cuerpos.
Por otro lado, Antonio Centeno argumenta que la existencia de un mercado en el que las personas pueden intercambiar sexualidad por dinero debe ser reconocida, subrayando que esta es una realidad que no puede ignorarse.
El Futuro de la Asistencia Sexual
El debate sobre la asistencia sexual para personas con discapacidad continúa y está lejos de resolverse. Mientras algunas personas ven en este servicio un camino hacia la autodeterminación y el placer, otros alertan sobre las implicaciones éticas y sociales de tal práctica.
Es imperativo seguir discutiendo y educando sobre este tema a nivel global, ya que la sexualidad humana es un aspecto intrínseco de la vida, que debe ser accesible para todos, independientemente de su condición física.