
Antonio González: La Medicina con Alma Gallega
2025-04-04
Autor: Lucas
Antonio González, un médico internista con un fuerte vínculo emocional hacia Galicia, ha dedicado su vida a la medicina desde su llegada a Barcelona en 1969. Nacido en 1959 en Mar del Plata, Argentina, es hijo de emigrantes gallegos. Cada vez que puede, regresa a la Ribeira Sacra, donde sus raíces familiares están profundamente arraigadas.
A lo largo de su carrera, ha sido jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital Vall d’Hebrón y ha enseñado en la Universidad Autónoma de Barcelona. Su pasión por la medicina comenzó con un interés inicial en la ingeniería aeronáutica, pero descubrió su verdadera vocación en el cuarto año de Medicina tras realizar prácticas en Medicina Interna.
Antonio considera que esta especialidad es una de las más completas, ya que un buen internista puede realizar diagnósticos sin depender exclusivamente de otros especialistas. Él ha sido pionero en la implementación de la medicina hospitalista en España, colocando internistas en cirugía para prevenir complicaciones antes de que ocurran. Este enfoque ha demostrado ser esencial, especialmente dado el incremento de cirugías realizadas en pacientes de mayor edad que suelen tener múltiples condiciones de salud como diabetes o hipertensión.
La medicina en España, según Antonio, se encuentra entre las mejores del mundo. A pesar de los desafíos como la falta de investigación financiada y los bajos sueldos en comparación con otros países, los médicos españoles son reconocidos por su excelente formación y dedicación. Antonio ha continuado trabajando como médico a pesar de su jubilación, lo que refleja la necesidad de profesionales en el campo, dada la creciente demanda.
¿Y qué hay de su futuro? Antonio cree firmemente que la experiencia es crucial para un médico. La práctica constante le ha permitido desarrollar un conocimiento profundo que complementa su formación académica. Se enfrenta a la pregunta de cuándo es el momento adecuado para jubilarse, argumentando que la longevidad y las capacidades físicas y mentales deberían jugar un papel en esa decisión.
Además, introduce un interesante punto sobre la prolongación de la vida, mencionando que su tío Isaac, que cumplirá 100 años, es un ejemplo de cómo la expectativa de vida ha cambiado radicalmente en la actualidad. De hecho, los avances en medicina podrían permitir que las futuras generaciones vivan hasta los 120 años.
Finalmente, Antonio reflexiona sobre la vida de un gallego en Cataluña, donde ha construido su hogar y su carrera, y se muestra orgulloso de sus raíces, reconociendo la influencia de su cultura en su perspectiva sobre la medicina y la vida.