Antoni Bennàsar, decano de Medicina y experimentado profesor de microbiología en la Universidad de Islas Baleares (UIB), ha manifestado su preocupación por el espacio y los recursos de la facultad, que considera insuficientes para satisfacer las crecientes necesidades de los estudiantes. "La facultad se está quedando pequeña", enfatiza Bennàsar, y añade que actualmente todos los aspectos —incluidos el profesorado y los horarios— están extremadamente ajustados.

En este sentido, propone trasladar las clases de primero y segundo al campus principal, una idea que ya había sido planteada en las primeras etapas del proyecto académico. Según él, esta transformación no solo ayudaría a descongestionar los espacios y mejorar la distribución horaria en Son Espases, sino que también sería esencial si se concretan las iniciativas desde Madrid para aumentar el número de plazas en la facultad, que podrían llegar hasta el centenar.

Sin embargo, el decano, al igual que sus compañeros de otras facultades en España, se muestra escéptico respecto a la expansión de plazas. Advierte que un incremento sin una adecuada planificación podría llevar a la creación de una "fábrica de parados" debido a los problemas existentes, como el cuello de botella que genera el examen del MIR, que oferta plazas de manera muy limitada.

Desde sus inicios, la facultad balear arrancó con 60 plazas, cifra que aumentó a 69 hace dos años gracias a un programa de subsidios del Ministerio de Sanidad, que respaldó ese incremento del 15%. En la actualidad, se encuentra en proceso de solicitar a la agencia estatal ANECA la autorización de un nuevo plan de estudios que ya contemple estas 69 plazas.

El microbiológico recalca que el crecimiento del número de estudiantes conlleva numerosos retos. Uno de sus mayores temores es el personal, ya que se requiere la estabilización del profesorado permanente. Este es un punto que ya está tratando con los ministerios de Educación y Salud, con los que ha encontrado buena disposición. Asimismo, es vital crear nuevos departamentos y gestionar las jubilaciones. Recientemente ha surgido la necesidad de cubrir la vacante en Anatomía, ya que Alfonso Rodríguez, un catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona y una figura clave en la facultad, se jubila, dejando un vacío enorme.

Además, Bennàsar advierte que el aumento en el número de plazas complicaría aún más la organización actual, que ya es un verdadero desafío, para lograr que los estudiantes realicen sus prácticas en los hospitales en grupos pequeños.

Sobre el tema de la donación de cuerpos y piezas para la sala de disección, ha surgido una inquietud frecuente entre la comunidad académica. La legislación mortuoria de Baleares actualmente no permite la donación de cuerpos, lo que llevó a la facultad a firmar un convenio con la Universitat Autònoma de Barcelona, que regularmente envía ataúdes con piezas para su uso en clases.

Bennàsar revela que un número creciente de personas se acerca a la facultad con el deseo de cumplir la voluntad de sus seres queridos fallecidos, quienes esperaban donar su cuerpo a la ciencia. Aunque quiere establecer un sistema formal de donaciones, reconoce que por el momento la facultad carece de la infraestructura logística necesaria para llevar a cabo este proceso.

Con toda esta situación, la comunidad universitaria se encuentra expectante ante los posibles cambios en la facultad de Medicina, donde los estudiantes son el centro de atención en cada uno de los debates que se están llevando a cabo.