Este fin de semana, Santiago se ha visto convulsionado por tres asesinatos en apenas dos horas, un alarmante recordatorio de la creciente criminalidad en la capital chilena. No hay detenidos hasta el momento, lo que subraya la escalofriante realidad de un patrón delictual que ha ganado terreno en los últimos años.

Tradicionalmente, los crímenes violentos ocurrían principalmente entre conocidos. Sin embargo, hoy en día, un sorprendente tercio de estos homicidios involucra a perpetradores desconocidos, evidenciando un cambio preocupante en la naturaleza de la violencia.

El gobernador Claudio Orrego no ha tardado en reaccionar, solicitando el despliegue militar en las calles durante las próximas festividades patrias, a pesar de las advertencias de expertos y la posición del Gobierno. Organizaciones como Paz Ciudadana y el abogado Mauricio Ducci han indicado que no existe evidencia concluyente de que la presencia militar afecte positivamente la tasa de delitos graves.

El reciente informe del Ministerio Público sobre homicidios en 2023 plantea un escenario complejo. Aunque no se reporta un aumento significativo respecto al año anterior, se destacan áreas específicas azotadas por el crimen, conocidas ominosamente como "zonas rojas". Sorprendentemente, el Gobierno asegura que, según un estudio de la Subsecretaría de Prevención del Delito, ha habido una disminución del 9,4% en los homicidios y crímenes violentos en comparación con el mismo periodo del año pasado. Esta afirmación ha desencadenado protestas por parte de diputados de Renovación Nacional, quienes acusan al Gobierno de manipulación estadística, insistiendo en que la realidad de inseguridad que viven los chilenos es innegable.

La ministra del Interior, Carolina Tohá, respondió a las críticas, argumentando que es irresponsable cuestionar las cifras desde la comodidad de las oficinas parlamentarias. En un clima electoral cada vez más tenso, las posturas de los partidos se intensifican, llevando a debates que podrían influir en la percepción pública.

No cabe duda de que la seguridad es un tema sensible en Chile. Las cifras de homicidios, que reflejan el estado de la nación, han crecido de 4 homicidios por cada 100,000 habitantes en 2018 a 6.4 en 2023. Este dato resalta la necesidad de prudencia al analizar y discutir estadísticas, evitando caer en manipulaciones políticas.

El Informe Nacional de Homicidios del Ministerio Público, la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (ENUSC) y la Encuesta de Paz Ciudadana son herramientas esenciales para entender la criminalidad en Chile. La forma en que se evidencia esta problemática no solo afecta la percepción pública, sino que también repercute en las decisiones políticas y en la seguridad de los ciudadanos. En un momento crítico como este, la situación exige estrategias basadas en datos confiables y no en discursos que enciendan más la polarización.