Taiwán ha comenzado hoy una serie de espectaculares ejercicios militares que se extenderán por tres días, una respuesta contundente a las crecientes tensiones en la región con China y la incertidumbre sobre su presupuesto de defensa en medio de la rivalidad política entre los principales partidos locales, el gobernante Partido Progresista Democrático (PDP) y el opositor Kuomintang (KMT).

Los impresionantes simulacros, que comenzaron en la base militar de Hsinchu, al norte de la isla, incluyen el uso de los tanques CM-11, que están siendo progresivamente reemplazados por los avanzados Abrams M1A2T adquiridos a Estados Unidos, asegurando así un poderío modernizado y efectivo contra cualquier agresión.

Este miércoles, los efectivos taiwaneses mostrarán su sofisticado sistema antimisiles Patriot III, diseñado para contrarrestar las amenazas más poderosas de China, lo que envía un fuerte mensaje de disuasión.

Además, el jueves se llevarán a cabo ejercicios antisubmarinos en Kaohsiung, el puerto más grande de Taiwán. Este lugar es estratégico y actúa como un posible centro de operaciones clave en caso de una invasión.

Para añadir más emoción a estas maniobras, diferentes tipos de aeronaves y vehículos terrestres, incluyendo helicópteros Apache y dos helicópteros Black Hawk de fabricación estadounidense, han sido parte de la jornada inicial de ejercicios. Los expertos castrenses revelaron que simularon el ataque del “enemigo” sobre varios objetivos, culminando en la retoma de las posiciones perdidas.

Adicionalmente, los equipos de infantería y fuerzas especiales utilizaron drones para vigilar la ubicación de los supuestos atacantes, así como helicópteros de ataque y morteros para neutralizar instalaciones enemigas. El éxito de estos ejercicios demostró la intensa preparación y la capacidad de respuesta del Ejército taiwanés frente a retos bélicos, reafirmando su compromiso de proteger la isla con determinación inquebrantable.

Paralelamente, la Fuerza Aérea taiwanesa realizó un simulacro de despegue de emergencia en la base aérea de Taichung, donde los pilotos contaron con un tiempo limitado de cinco minutos para subir a sus cazas IDF (Indigenous Defense Fighter) y activarlos. Esta velocidad es crucial para una respuesta efectiva frente a un ataque sorpresa de China, lo que adiciona un nivel extra de tensión a estos ejercicios.

Cabe destacar que China considera a Taiwán, que opera de manera autónoma desde 1949, como una “provincia rebelde”. En octubre de 2022, Pekín instó al gobierno de EE. UU. a cesar immediatemente la venta de armas a Taiwán, alegando que esto pone en riesgo el principio de “una sola China” y la paz regional.

Las autoridades chinas han advertido que adoptarán “contramedidas resueltas” y tomarán “todas las medidas necesarias” para defender su soberanía, lo que subraya la atención mundial en torno a esta situación que podría desestabilizar aún más la región.