Ciencia

¡Alerta Global! Una Tormenta Solar Masiva Conocida Como el Evento Miyake Podría Colapsar Nuestra Civilización

2024-09-22

En 1859, la humanidad fue testigo de la primera erupción solar confirmada: la famosa tormenta solar conocida como evento Carrington. Durante esta intensa explosión de radiación proveniente del Sol, los cielos en el hemisferio norte y sur se iluminaban de manera espectacular con auroras brillantes, pero lo que muchos no saben es que ahora los científicos han descubierto que podríamos haber estado en la antesala de eventos mucho más devastadores.

Recientes investigaciones publicadas en 'Nature' han revelado que en la historia de nuestro planeta han ocurrido tormentas solares incluso más extremas que el evento Carrington. Una de las más notables tuvo lugar en el año 774, y ha sido apodada el evento Miyake, en honor al científico japonés Fusa Miyake, quien identificó un aumento significativo de radiocarbono en los anillos de los árboles correspondiente a esta tormenta.

Los anillos de los árboles son como cápsulas del tiempo, registrando no solo el crecimiento anual de la planta, sino también los cambios en el entorno. Gracias a la técnica de datación por radiocarbono, los investigadores pueden rastrear la presencia de tormentas solares extremas a través de la cantidad de radiocarbono que estas tormentas han dejado en organismos vivos. Esta técnica ha permitido confirmar que, además del evento de 774, otros eventos extremos ocurrieron en 993, 660 a.C. y 7176 a.C., lo que sugiere que estas catástrofes pueden ser más frecuentes de lo que pensábamos.

El evento Miyake también revela que la tormenta solar más extrema registrada hasta la fecha data de hace 14,730 años, al final de la última era glacial. Durante estas tormentas, el Sol puede liberar enormes cantidades de plasma en forma de eyecciones de masa coronal, las cuales representan una amenaza significativa para nuestra tecnología actual.

Pero, ¿qué pasaría si una tormenta solar masiva similar a las del pasado ocurriera hoy? En la actualidad, dicha eventualidad podría causar el colapso de toda nuestra infraestructura tecnológica: las comunicaciones se verían gravemente afectadas, el Sistema de Posicionamiento Global (GPS) podría fallar, y los satélites serían arrastrados fuera de sus órbitas.

Las tormentas solares no solo afectan a los satélites y redes eléctricas, sino que también exponen la vulnerabilidad de nuestra civilización moderna, la cual depende en gran medida de la tecnología. Así que, mientras seguimos disfrutando de nuestros dispositivos, es vital que comprendamos los riesgos que representan estos fenómenos astronómicos. Los registros de radiocarbono podrían, en un futuro cercano, revelarnos más sobre estas tormentas solares y su frecuencia. La pregunta que debemos hacernos es: ¿estamos preparados para enfrentar una nueva tormenta solar extrema?