Más de veinte excancilleres y defensores de Derechos Humanos (DD.HH) de América Latina han hecho un llamado urgente al secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, para que suspenda a Rusia de la Asamblea General de la ONU debido a sus crímenes en Ucrania.

La misiva, firmada por figuras destacadas como la excanciller chilena Antonia Urrejola, y sus pares Alfredo Moreno, Mariano Fernández, Alejandro Foxley, así como el brasileño Celso Lafer y el mexicano Jorge Castañeda, detalla la gravedad de la situación: “Mientras les escribimos, la Federación Rusa está atacando y asesinando sistemáticamente a civiles en toda Ucrania”.

Estos líderes latinoamericanos y ucranianos subrayan que este acto representa “una monstruosa violación de la Carta de las Naciones Unidas” por parte de un miembro permanente del Consejo de Seguridad. En su declaración, los firmantes argumentan que Rusia ha “traicionado completamente la confianza de la comunidad internacional”.

Con el fin de dar fuerza a su petición, instaron a Guterres a presentar este mensaje al Consejo de Seguridad y a la Asamblea General, sugiriendo que se analice la posibilidad de suspender a Rusia de la Asamblea, tal como se hizo con Sudáfrica en 1974.

Rusia, al ser miembro permanente del Consejo de Seguridad, ha sido dotada de la responsabilidad principal del mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, y su actual comportamiento plantea un “caso especial” que debe ser tratado con seriedad.

Además, en su comunicación, estos líderes hacen un recuento de los ataques más recientes de Rusia en Ucrania, advirtiendo que la estrategia rusa de "atacar y matar deliberadamente a civiles en Ucrania podría convertir toda la construcción del Derecho Internacional Humanitario en una cáscara vacía". Las repercusiones de estos actos, advierten, se extienden más allá de las fronteras de Ucrania.

Pero la preocupación no se limita solo a Ucrania. Los excancilleres también subrayan que “en otras regiones del mundo se están cometiendo atroces crímenes de guerra y contra la humanidad”, haciendo referencia a la situación en Gaza y a los “crímenes de guerra invisibles” que ocurren en Sudán.

“Todas estas violaciones deben ser condenadas con firmeza. Ignorar ciertos crímenes y denunciar otros por preferencias geopolíticas solo debilita la protección de los civiles. Los dobles raseros no deben existir, independientemente de la ideología”, afirmaron.

Entre los firmantes de esta importante carta se encuentran figuras influyentes en la defensa de los derechos humanos, destacando no solo a Antonia Urrejola, sino también a Diego García-Sayán, excanciller peruano y expresidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos; así como a otros excancilleres de Brasil, México y Colombia. Se suma Oleksandra Matviichuk, presidenta del Centro para las Libertades Civiles y galardonada con el Premio Nobel de la Paz.

El eco de sus voces resuena en un momento en el que el mundo enfrenta desafíos sin precedentes relacionados con la paz y la justicia internacional. La comunidad internacional observa atentamente cómo la ONU responderá a este clamor.