Recientemente, un preocupante estudio ha establecido un vínculo directo entre la depresión atmosférica que se ha desencadenado en España, conocida como DANA, y el cambio climático provocado por actividades humanas. Este fenómeno ha traído consigo lluvias extremas, con registros alarmantes de hasta 630 mm en un solo día en Turís, Valencia, lo que subraya la gravedad de la situación climática actual.

Un informe elaborado por Climameter, un ambicioso proyecto de investigación financiado por la Unión Europea y el CNRS de Francia, revela que la intensidad de las precipitaciones experimentadas no tiene precedentes y se puede atribuir a la crisis climática que enfrentamos. A través de un método de revisión por pares, los científicos han analizado datos meteorológicos históricos de las últimas cuatro décadas, comparando los sistemas de baja presión actuales con aquellos de finales del siglo XX.

“Este estudio nace de la necesidad de investigar fenómenos climáticos extremos a la luz del cambio climático”, afirma Carmen Álvarez Castro, investigadora de la Universidad Pablo de Olavide y coautora del estudio. El análisis incluye múltiples variables meteorológicas, como presión atmosférica y temperatura, para determinar patrones que conectan el pasado y el presente.

La investigación también ha considerado otros fenómenos naturales, como El Niño y oscilaciones en las corrientes oceánicas, lo que ha permitido a los científicos concluir que la DANA provoca lluvias que son hasta un 15% más intensas en la costa mediterránea de España en comparación con el pasado.

Las consecuencias son devastadoras: fuertes inundaciones, granizadas e incluso tornados han asolado regiones como Valencia y Albacete, resultando en más de 200 fallecimientos y un número creciente de desaparecidos. Davide Faranda, coautor del informe, advierte que estas inundaciones son una clara señal de la gravedad del cambio climático: “Debemos tomarnos en serio las alertas de inundación. Nos enfrentamos a un clima cada vez más cálido y los eventos extremos se están volviendo más frecuentes.”

Este DANA no solo es un fenómeno casual; se estima que las temperaturas actuales son hasta 4°C más altas que en el pasado, lo que facilita la formación de tormentas intensas sobre la cuenca mediterránea. Esto se interpreta como una clara señal de que el cambio climático antropogénico está afectando de manera alarmante nuestros patrones climáticos. Se han estructurado 20 análisis de fenómenos meteorológicos similares para sostener estos hallazgos.

Los investigadores instan a la población a ser consciente de la problemática que enfrentamos: “Esto no son problemas que afectarán a las generaciones futuras, ¡es un desafío inmediato que necesitamos abordar ahora!” enfatiza Álvarez Castro. Con fenómenos extremos ocurriendo prácticamente todas las semanas en Europa, la necesidad de actuar y adaptar nuestras estrategias climáticas es más urgente que nunca.

“Estamos en un punto crítico; cada acción cuenta”, concluye Mireia Ginesta, científica del CNRS. Es vital actuar ahora, mitigar el calentamiento global y adaptar nuestras comunidades a los cambios que ya están ocurriendo. ¡El futuro de nuestro planeta depende de ello!