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¡Adiós a 74 años de historia del acero! Comienza el apagado del alto horno de Huachipato

2024-09-16

El cierre de la Compañía Siderúrgica Huachipato (CSH) ha comenzado oficialmente, marcando el fin de una era de 74 años de producción de acero en la histórica fábrica ubicada en Talcahuano, en la Región del Biobío.

El proceso inició con el apagado del alto horno y la detención de las operaciones de acerías y coladas continuas. Según informaciones recientes, el último trabajador en dejar la compañía debe hacerlo el 31 de octubre, momento en el que cesará toda producción de productos de acero en la planta, lo que representa un gran golpe para la economía local.

Las autoridades locales han expresado su preocupación, señalando que el cierre de Huachipato no solo implica el final de un símbolo industrial, sino que también deja al descubierto la necesidad urgente de dinamizar la economía de la región. La complicidad de este cierre lleva consigo la pérdida inminente de más de 20,000 empleos directos e indirectos, un costo elevado que afectará profundamente a Talcahuano y el Biobío.

"La decisión de cerrar ha sido la más fácil para la empresa, privando a la región de un legado industrial vital", comenta el senador Gastón Saavedra. A pesar de las medidas implementadas contra el acero chino, la falta de valentía por parte de los dueños para buscar alternativas y adaptarse al cambio hacia el acero verde ha sido crítica.

En cuanto a las proyecciones futuras, el alcalde de Talcahuano, Henry Campos, ha manifestado su deseo de que en un futuro cercano se reabra una nueva era de producción, posiblemente centrada en el acero verde, un producto más sostenible y amigable con el medio ambiente. "Es un cierre doloroso, pero espero que pueda dar paso a nuevas oportunidades en la región", agregó Campos.

El apagado del alto horno también conllevará la emisión de gases, que se espera sean visibles y ruidosos, como el vapor a alta presión. Esto pone de relieve la complejidad y el impacto ambiental del proceso de cierre.

El presidente del sindicato N° 2 de la compañía, Fernando Orellana, ha mencionado que el cierre está estructurado y que el proceso de desvinculación comenzará en breve, con despedidas masivas a partir del 23 de septiembre. Aunque la compañía agradeció a sus trabajadores por su compromiso durante estos años, la realidad es que el futuro es incierto e inquietante para muchas familias que dependen de la industria del acero.

Esta situación histórica marca un punto de inflexión no solo para la industria nacional, sino también para el tejido social de la región, que ahora clama por una transformación significativa hacia un futuro más sostenible.