Una devastadora tragedia ha golpeado a la familia de Nix una vez más. Tracey Nix, una abuela de 67 años, ha sido condenada a cinco años de prisión después del fallecimiento de su nieta, Uriel Schock, quien falleció tras ser olvidada en un vehículo bajo el calor extremo del verano en Florida, Estados Unidos. Esta niña de solo siete meses murió debido a las altas temperaturas dentro del automóvil, que alcanzaron hasta 32 grados Celsius.

El incidente ocurrió en Wauchula, en el condado de Hardee. Un jurado del condado de Polk encontró a Nix culpable de dejar a Uriel sin supervisión en el vehículo, aunque fue absuelta del cargo de homicidio agravado. Según reportes de Fox 13, el jurado determinó que no había intención maliciosa detrás de sus acciones, lo que ha generado un intenso debate sobre la responsabilidad de los cuidadores.

Un olvido fatal: Una tragedia que se repite

El lamentable suceso tuvo lugar en noviembre de 2022, cuando Tracey salió a almorzar con unas amigas y olvidó a su nieta dentro del coche con las ventanas cerradas. Horas más tarde, cuando un familiar llegó a la casa de Nix, ella se dio cuenta de la horrible situación. Tragicamente, el esposo de Nix encontró a Uriel en el asiento trasero y, a pesar de los intentos de reanimación, la pequeña no respondió.

Este trágico accidente no es un evento aislado para la familia Schock. En diciembre de 2021, el hermano de Uriel, Ezra, de 16 meses, también falleció mientras estaba bajo el cuidado de la misma abuela. Según informes policiales, el pequeño se ahogó en un lago cercano mientras Nix dormía. Este incidente fue ignorado durante el juicio actual, pero la historia ha dejado una marca indeleble en la familia.

Drew Schock, padre de Uriel, quien también está profundamente afectado por la pérdida de sus hijos, declaró durante la audiencia de sentencia que su familia había tomado medidas adicionales de precaución tras el incidente con Ezra. Sin embargo, enfrentarse a una repetición de esta tragedia ha sido devastador. "Es inconcebible que estemos debatiendo si merece ir a prisión; esto ha sucedido dos veces", expresó Schock, lleno de dolor.

En la misma audiencia, Kaila Nix-Schock, madre de Uriel, no pudo contener su emoción. Con lágrimas en los ojos, se dirigió a su madre en el tribunal y expresó su dolor por la pérdida de sus hijos, diciendo: "Todavía te amo, pero odio esto y tengo que tomar decisiones difíciles".

El padre de Uriel concluyó que la condena de cinco años no representa una verdadera justicia, subrayando que su daño es irreparable y que su hijo crecerá sin sus hermanos. "¿Cinco años son justicia? Para mí, no lo son, pero esto es lo que conseguimos", afirmó con una tristeza desgarradora.

La historia de la familia Nix-Schock nos recuerda la importancia de la supervisión y la responsabilidad en el cuidado de los niños. Este caso ha sacado a la luz un tema crítico, ya que muchos se preguntan cómo se pueden prevenir tales tragedias en el futuro y cómo las comunidades pueden apoyarse después de sucesos tan impactantes.